MEMORIA DEL BALCÓN...
¿Cinco años ya? Entonces, esos días oscuros, escribí este poema... Que luego se publicó en mi libro "Poemas rotos". El tiempo pasa y algunas cosas no mejoran mientras otras empeoran. Y nos dicen que eso es la vida. Supongo que será verdad... Os dejo el poema. Un poema. Solo eso. A mí me sirvió. Me ayudo. Un poco. Como cada poema de los que escribo. Una pequeña ayuda. Eso, a veces, es mucho.
MEMORIA DEL BALCÓN
(poema escrito la noche que murió Aute)
Ahora que Aute ha muerto.
Ahora que las calles callan y los balcones gritan.
Ahora que estás cerca y te siento lejos
y estar lejos es mirar todos los ríos que hemos cruzado.
Ahora que Aute ha muerto.
Ahora que mis vecinos son vecinos.
Ahora que los vecinos no son enemigos
porque los enemigos no tienen caras
que sonríen y gritan y cantan
y hacen
todo el ruido que pueden
para tapar el horrible silencio de las calles.
Ahora que Aute ha muerto.
Ahora que miro a mi vecino.
Ahora que ya no puedo desconfiar de las sombras
con las que me cruzo
porque yo soy otra sombra con el mismo miedo
en el bolsillo
y el mismo dolor invisible
en los ojos..
Ahora que Aute ha muerto.
Ahora que ya no caminamos por las sendas
cantando Al Alba
porque las sendas se cubrieron de zarzas
y el fuego derribó
los recuerdos
de días oscuros bajo el sol brillante.
Ahora que la gente muere y todos sabemos
que la fila es muy larga
y a todos nos han dado
un número marcado.
Ahora que la gente se mete en la cama
y tiene miedo al teléfono
y el silencio de la noche
es un silencio lleno de gritos enterrados.
Ahora que Aute ha muerto.
Y los chavales ya no van de campamento a la sierra,
ni cantan Al alba mientras vuelven al albergue.
Ahora que cada noche hunde más la cama.
Y el silencio de la mañana no ofrece ningún refugio
para las farolas huérfanas
porque las farolas ya han aprendido
que el hombre es frágil y desmemoriado.
Ahora que Aute ha muerto.
Y ha muerto tanta gente.
Tanta gente que ayer aplaudían en tu balcón,
tanta gente con la que ayer aplaudías
desde su balcón.
Sí, todo será borrado por la lluvia.
Sí, todo será borrado por la luz
de los soles muertos de los veranos sin cristal.
Y sí, todo será finalmente borrado
por la noche blanca del hospital.
Pero los balcones gritan y yo tengo miedo
porque un día dejarán de gritar y volverá el ruido
el ruido muerto de una ciudad sin alma
porque el alma habrá emigrado como los pájaros
al llegar el invierno.
Habrá emigrado a un pasado que las calles ruidosas
no podrán encontrar.
Ahora que Aute ha muerto.
Hoy que tanta gente ha muerto.
Ahora quiero cantar con la noche,
con el coro de las ventanas encendidas,
con el compás de los árboles lentos,
porque tengo miedo de la mañana, tengo miedo
del ruido de la calle,
del ruido que volverá a taparlo todo
y nos dejará sin la memoria del balcón.
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