Después de mucho tiempo en el que no sabía que esperaba algo, me encuentro con la novela El peluquero de asnos. Hombres y mujeres de diferente condición se ven obligados a convivir, o diría más bien disfrutar, con la compañía de unos asnos terapéuticos muy especiales.
Si a esto le añadimos la huida, de algunos personajes, hacia una colectividad que huye del dominio asfixiante de la tecnología y encuentra interesante vivir como en el Neolítico, tenemos modelada la trama principal de la novela.
Con cierta nostalgia, uno ve el esfuerzo que realizan los rituales tradicionales para encontrar un hueco en una sociedad tan variable. Cuando los neandertales convivieron con los cromañones, intentaron adaptar su industria a las novedades, pero sin perder su estilo. Era una transición: el Chatelperroniense, una fase de su cultura en el Paleolítico. Así me siento yo cuando escribo con un dedo en el WhatsApp, de manera chatelperrónica, en vez de dos, como marcan los cánones de los jóvenes que pulsan con gran habilidad la pantalla del smartphone.
De la contraportada:
«Una novela que explora la conexión entre humanos y animales, la pugna entre tecnología y naturaleza, y la búsqueda de la propia identidad en un mundo cambiante.»
El peluquero de asnos
Juan F. Gómez
Editorial Mascarón de Proa (Grupo Almuzara)