he vivido tanto tiempo perdido
y a la intemperie
que he aprendido
a esconderme
y
a reconocer
que los refugios
las caricias
y el fuego
son necesarios
para sobrevivir
a todos los inviernos
y a todos los infiernos
y que como alimaña que soy
me gustan las madrigueras
y que mi cabeza entre tus piernas
sea uno de mis mejores cobijos
hasta que llegue la primavera
José Pastor González