Golpeaba al principio, una pared, una piedad, una mano caliente, contra el frío, contra el golpe helado que mi cuerpo paría a la vida, a sí mismo, como lo que erigió su materia, su forma de ser amasijo, viscosidad, puerta y sepultura.. para otros cuerpos, para otros golpes.
De golpear, le crecieron mundos a mis pasos, le crecieron machetes a la ternura que te decía que sí, que te acariciaba lo homicida con nubes anaranjadas, con mieles de sombra que bebe el nácar de ésta suicida que mata... que nació de ti y contra ti... pero que se decidió cuando nada quedaba, y empezó mucho antes que tú fueras. Pero no fue a la muerte, no, no fue a la muerte, tierno amor de la oda de la bala y el excremento, no fue a la oscuridad que preparaste, no fue a la maldad que dejaste entre nosotros... ella decidió contra la actriz, contra la obra, contra el espíritu, para que el espíritu la poseyera, y esa asfixiante contra-entrega de los papeles y el destino... hechos inevitablemente a sangre y deseo y sombra, a imagen y semejanza de la tierra que devora y sacia cuando el cuerpo es el sacrificio, cuando es la lluvia que prepara ese brote... y es la huella pisoteada por los dioses ausentes borrada a colmillo, a maldición que conspira claridad en la podredumbre que empieza tras los papeles y el destino hechos por ti, por lo más profundo de lo que yo era, contra lo que yo era sin ella, sin tu hollín, sin lo que tú eras o no eras, a la rasante del abismo de los ojos que nos vieron... invertidos, en ese vaho que mezclaba el esqueleto del pez y la tinta, al juego de la aguja y del hambre, en el que el amor conoció a esa bestia que lo soñó por vez primera en nosotros... pero antes de nosotros, decidió atacar. Era yo sólo esa pequeña rendija, esa cavidad hechicera de las fiebres de lo habido, de las venganzas de lo invisible... por la que pasó tu maldición, yo la elegí, tú mismo sin saberlo la buscabas, así como yo tierna cerilla, dulce llaga, buscaba en tu sombra, el puñal que pudiera llegar a escribir con mis manos, en ti y para éstas líneas.
Mareva Mayo