Lo que no dice —que es tener pocas luces y hasta tramposo— es de dónde sacó 1.5 millones cuando las arcas tienen menos 140 millones, lo que los llevó a suspender y luego volver a convocar por presiones un premio literario. ¿Dónde encontró la plata? Y eventos como la «Convención de Gaming» que organizó, ¿cuánta plata trajo a las arcas del municipio? El que pregunta no ofende.
El ahorro no existe, no coman cuento: nos gastamos 6 millones y ahora nos vamos a gastar 1.5, pero es gasto, no es ahorro, porque la diferencia no nos la va a ingresar nadie. Uno no «ahorra», uno lo que hace es no gastar y esa es la única contabilidad que sirve en una casa, en un municipio o en un país: no hay plata y punto.
Pero el iluminado, con sus pocas luces —el taquillero mayor de la ciudad—quiere hacernos creer que necesitamos este desfile como los demás alcaldes del pasado: nos han «metido» una yuca buena en forma de «tradición» navideña, que nunca hemos tenido ni falta que nos hace.
Artículo publicado en el diario La Prensa, martes 1 de octubre de 2024.