En el olvido nunca arraiga nada,
alguien, alguna vez, dirá tu nombre.Por eso, plántale a la tarde un ramo
de serena alegría,
algo sencillo,
hasta que el agua con su oficio teja
un hilo de silencio,
un cauce
que guarezca a tiempo lo que antes dijera la lluvia
y añada unas gotas de luz a la belleza.
La memoria lo sabe.
*
Lo que vuelve y se rehace,
nunca se niega.
Azul vacío.
Abrazo ausente.
La extraña austeridad de los afectos.
Hay un hueco impasible en las huellas del viento.
El tiempo se desvanece o persiste,
arde en su fragilidad,
hurga en el aire y trae,
lo que funda el silencio.
Luis Ramos de la Torre, de Lo que funda el silencio (Lastura, 2024)