APRENDE
Aprende a ser
el rey de ti mismo,
el fondeador de tu mundo,
el capitán de tu barco,
el guía a través de tu ciudad milenaria,
el escudriñador de soles perdidos
entre ciegas caricias que no crees recibir.
Aprende a vivir
con la cabeza alta entre lo que se olvida,
en los brezos recalentados bajo el sopor
de tu propia existencia.
Aprende a recibir
lo que llama a tu puerta,
a considerar tu llanto
como un mar hacia dentro,
un estante guarecido
entre los vaivenes de la vida.
Aprende a conservar
tu sonrisa pese a todo,
a ser a la vez humilde y orgulloso,
a no olvidar nunca
la fe que debes tener en ti mismo,
a comprender que tu vida
es pequeña y preciosa a la vez,
que no volverás a contemplar
este único amanecer.
MUJER FRENTE AL ESPEJO
Quédate aquí.
Intenta despertarte si es posible,
y si no, no importa,
duérmete en la orilla
de tus cincuenta y cinco años,
pero aprende que ya ha pasado
la mayor parte de tu vida,
y eso es incontestable.
Después, frente a ti,
besa tu rostro en el espejo,
acaricia sus contornos.
Eres aquella
de la que trataste de huir,
pero has llegado aquí,
y resulta que eres hermosa,
y que algunos cuentos
eran solo una mentira,
un maldito cuento de hadas.
el rey de ti mismo,
el fondeador de tu mundo,
el capitán de tu barco,
el guía a través de tu ciudad milenaria,
el escudriñador de soles perdidos
entre ciegas caricias que no crees recibir.
Aprende a vivir
con la cabeza alta entre lo que se olvida,
en los brezos recalentados bajo el sopor
de tu propia existencia.
Aprende a recibir
lo que llama a tu puerta,
a considerar tu llanto
como un mar hacia dentro,
un estante guarecido
entre los vaivenes de la vida.
Aprende a conservar
tu sonrisa pese a todo,
a ser a la vez humilde y orgulloso,
a no olvidar nunca
la fe que debes tener en ti mismo,
a comprender que tu vida
es pequeña y preciosa a la vez,
que no volverás a contemplar
este único amanecer.
TÚ ERES
Tú eres el leit motiv de tu vida.
No sé si te has dado cuenta.
Miras a tu alrededor esperando, buscando,
la confirmación de que tus pasos sean correctos.
Intentas echar a un lado los rastrojos
para encontrar el camino que desconoces.
Te acompañan otras manos, otras voces,
y muchas veces te tiembla el corazón.
Es un hecho que sueles olvidar lo importante:
la lealtad que a ti mismo te debes.
Podrás apartarte de todo aquello
que crees que no te hace bien.
Pero jamás podrás apartarte de ti.
Quédate aquí.
Intenta despertarte si es posible,
y si no, no importa,
duérmete en la orilla
de tus cincuenta y cinco años,
pero aprende que ya ha pasado
la mayor parte de tu vida,
y eso es incontestable.
Después, frente a ti,
besa tu rostro en el espejo,
acaricia sus contornos.
Eres aquella
de la que trataste de huir,
pero has llegado aquí,
y resulta que eres hermosa,
y que algunos cuentos
eran solo una mentira,
un maldito cuento de hadas.