LOS TRAUMAS DE LAO – TSE por TOMÁS RIVERO



ESPECTADOR

Existe un placer en todo. Sólo hay que dosificar la tristeza y el
tiempo. Y en esa lentitud esperar. Esperar que la tristeza y el
tiempo no se interrumpan. La luz filtra ese placer. En ese paisaje
nunca estás tú. Eres un observador.

ESPECTADOR DOS

El observador ve al otro lado del tiempo cómo un hombre corre en
círculos en dirección contraria a las agujas del reloj: su tiempo en 
los infinitos circulares del laberinto. En ese círculo hay un punto
de encuentro donde nunca está él. Y un placer en su ausencia.

OJO QUE MIRA DESDE LA SOMBRA

Al contraluz la yema del dedo
acaricia el hilo
el sol penetra en la herida
iluminando el pasado.
Miro por la ventana
calle abajo llegan
caballos de oro y nieve:
en una gota de sangre 
se desvanecen.

*

Las palabras de la vida
transitan entre letras como larvas.
Bajo la colcha de mi cama
con las alas extendidas
una gran mariposa espera.

*

Estaba la hoja arriba
la pregunta sin respuesta
la rama más alta
y mirabas al cielo.
Fíate de animal que hoza
él siempre encuentra 
lo que tú buscas.

Tomás Rivero, de Los traumas de Lao-Tse (68 aforismos y trece poemas) (Editorial Folios Grapados, 2024).


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