ESA PELÍCULA QUE…

El placer de los extraños (The comfort of strangers, 1990) Paul Schrader

ESA PELÍCULA QUE…ME OBSESIONA

Firma invitada: Ernesto J. Pastor

Mi padre era un hombre muy corpulento” así empieza, en la voz de Christopher Walken, esta película no demasiado conocida del gran Paul Schrader y que sin embargo está grabada en mi retina, en mi memoria, plano a plano, palabra a palabra. En mi opinión, un inicio a la altura del “Llamadme Ismael” de Moby Dick o de “Anoche soñé que volvía a Manderley” de Rebeca. Y a partir de ahí, una extraña atmósfera que te envuelve en la niebla emocional, que te sumerge en una realidad ficcional que te acompañará hasta su perturbador final cuando nos situamos al otro lado del espejo, un espejo bello y amenazador, presente desde el inicio y que atravesará la muerte como en el Orfeo de Cocteau.

UNA VENECIA DISTINTA

No recuerdo la primera que la vi, pero sí permanece, muy nítida, la gran impresión que me causó y que se ha mantenido indemne con el paso de los años. Curiosamente, y al contrario de lo que me sucede con otras muchas películas, no descubro en cada visionado nuevos aspectos, algo que se me escapara esa primera vez, un gesto, una inflexión de la voz, un movimiento de cámara… No. Todo estaba ahí, desde su inicio con aquella extraña frase en off que ya te atrapaba en una historia enfermiza de sexo, amor y muerte, de Eros y Thanatos dándose nuevamente la mano en una Venecia distinta a las bellas estampas turísticas que conocemos. Como en aquella otra Muerte en Venecia de Visconti, Bogarde y Mann, o en el Otelo de Welles y Shakespeare. Hay algo trágico en esa hermosa y laberíntica ciudad de callejones sin salida, angostos canales y paredes desvencijadas que nos muestran la fragilidad de la belleza, la fascinación inconsciente que sentimos al admirar sus palacios heridos de muerte por las aguas que fluyen como vasos sanguíneos en un cuerpo moribundo. Tanto es así que el color rojo tiene una presencia consciente y constante. En un entorno único, claustrofóbico, aún siendo una ciudad, como el Nueva York de Taxi Driver cuyo guion firmaba Schrader. Con unas calles y puentes por los que deambula Robert (Walken), con su impecable traje, como un fantasma vestido de blanco Armani. Una blancura que, en este caso, no es sinónimo de pureza. Hay detrás un pasado ennegrecido por una insospechada violencia, por unos traumas familiares de la infancia que han marcado su presente enfermizo.

LOS OJOS DE CHRISTOPHER WALKEN

Afortunadamente el guion, firmado por Harold Pinter y basado en la novela de Ian McEwan de 1981, le llegó a Schrader tras ser rechazado por John Schlesinger que hubiera realizado, estoy seguro, otra película completamente distinta, más hollywoodiense y menos “europea” (Schlesinger rodó este mismo año de 1990 la aceptable De repente, un extraño). Encontramos, en El placer de los extraños, mucho talento literario al servicio de una obra cinematográfica que reviste aspectos teatrales (sin ser obra teatral) pero que en este caso actúan de forma contundente en la progresión narrativa. Una película con muy pocos intérpretes, en realidad dos parejas: Chistopher WalkenHelen Mirren y Rupert EverettNatasha Richardson, si bien es Walken el que focaliza toda nuestra atención. Su presencia, su mirada, su voz (mejor en V.O.) llena la pantalla, nos atrae hacia esa luz que desprende, engañosamente, su traje blanco. Decía mi admirado Fernando Pessoa: “Hay en los ojos humanos… el grito clandestino de que hay alma”. Y en los ojos de Walken vislumbramos un alma torturada, un grito mudo que nos arrastrará hacia el abismo.

EQUIPO DE LUJO Y REFERENCIAS BIZANTINAS

Y todo confluye para ofrecernos esos milagros que muy de vez en cuando suceden. La excepcional fotografía de Dante Spinotti cargada, como antes indicaba, de unas claras connotaciones psicológicas, algo que seguramente asimiló del gran Vittorio Storaro. Incluso esas tonalidades verdes que remiten, intencionadamente, a Vértigo. De entre los muertos (Alfred Hitchcock, 1958) otra enfermiza y alucinatoria película. Mención aparte, y muy destacada, merece la banda sonora de Angelo Badalamenti que un año antes había compuesto la célebre música de Twin Peaks (1989). En esta ocasión, Badalamenti incorpora sonidos orientales como si la historia se desarrollara en la antigua Constantinopla, en un tiempo inmemorial, con un hermosísimo tema principal que de forma reiterada te mece y te balancea entre la irrealidad y la ensoñación. Unas referencias bizantinas también presentes en la dirección artística, en el vestuario o incluso en el propio cartel de la película que remite claramente a Gustav Klimt. Da igual, Estambul, Venecia, Florencia (ver la excelente Fascinación, 1976, de Brian De Palma con guión también de Schrader), todas ellas ciudades con un halo singular de misterio.

Y así, como empezó, termina con aquella misma frase del inicio, cerrando la historia como si de una banda de Moebius se tratara. Los extremos se unen pero todo ha cambiado. El sueño dio lugar a una pesadilla de la que cuesta despertar: “Mi padre era un hombre muy corpulento. Toda su vida llevó un poblado bigote…”.

Fundido negro sobre el traje blanco.

Ernesto J.Pastor: Historiador cinematográfico cinematográfico y miembro de la A.E.H.C Asociación Española de Historiadores del Cine. Creador de una extensa Base de datos, en la que sigue trabajando en la actualidad,  con más de 46.000 títulos de todas las épocas, géneros y nacionalidades que engloba cine, teatro y televisión. Realizador y guionista de varios documentales y cortometrajes.

Autor del libro individual Conversaciones con Angelino Fons. La necesidad de la memoria (2005); y  colaborador en un buen número de libros colectivos, entre ellos el Diccionario del cine español e iberoamericano, publicada por la SGAE en 2011. Asimismo ha publicado artículos en «Academia Boletín del Cine Español«, editada por la academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas.

Ponente de diversos Congresos y actos cinematográficos, entre ellos el programa «Versión española» de la 2 de TVE. Fue uno de los colaboradores de la encuesta sobre las mejores películas del cine español publicada en el nº 100 de la Revista Caimán, cuadernos de cine. 

Participa habitualmente como acreditado, invitado y/o jurado en los festivales Seminci de Valladolid, San Sebastián, Documenta, Nocturna, Alcalá de Henares etc…

PÁGINA WEB: www.cinepastor.es

X: @cinepastor

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