P.-
Who lleva en activo desde el 2021. ¿En qué condiciones y circunstancias fundasteis
la editorial?
Noemí:
Llevábamos un tiempo leyendo novelas policiacas y comentándolas con interés y
nos dimos cuenta de que había un determinado tipo de novelas que nos atraían
especialmente, tal vez por su sentido del humor, y por su carácter menos
realista y más fantástico o misterioso. Algunos autores anglosajones que
publicaron su obra en la primera mitad del siglo XX o poco después, como John
Dickson Carr, Elery Queen, Christianna Brand o Anthony Berkeley, nos parecían
geniales y decidimos crear un blog donde escribíamos reseñas de sus libros y
artículos sobre el género. Pronto nos dimos cuenta de que no era nada fácil
encontrar traducciones de sus obras en castellano y decidimos hacer algo al
respecto. Y así es como nace Who Editorial.
P.-
Arrancasteis el catálogo con una novela escrita por vosotros: Vera.
¿Cómo se escribe un libro entre dos?, ¿ya la teníais escrita desde hace tiempo
o la escribisteis para la ocasión?
Noemí:
Vera es nuestra segunda novela. La primera nos la publicó Wave Books y se lo
agradecemos profundamente. Eso nos dio esperanzas y nos animó a continuar
escribiendo. Pero a medida que escribíamos Vera, se iba fraguando en nuestras
cabezas la idea de crear una editorial propia. Tenía sentido y nos parecía
posible, aunque sabíamos que no iba a ser una tarea fácil.
Manuel:
Escribir dos no es tan difícil como parece. Al menos este género. Existen
numerosos casos insignes de parejas de escritores dentro de la novela policial clásica.
Aunque escriben con seudónimo como si fueran una única persona, dos son Ellery
Queen, Quentin Patrick y Francis Beeding, por ejemplo. También Borges y Bioy
Casares escribieron policial a cuatro manos. Otro antecedente insigne son la
pareja Boileau-Narcejac. Nosotros trabajamos con un plan inicial, que
discutimos mucho, y una serie de borradores que nos pasamos uno al otro y
reelaboramos cien veces. Al final, no sabemos qué parte escribió cada uno
inicialmente.
P.-
Después vino El príncipe Zalenski, que trata sobre un aristócrata ruso
que resuelve misterios sin moverse de su otomana. ¿Qué detectives de este tipo
hay en otras obras de la literatura?
Manolo:
Hay varios. Es lo que se llama el detective sedente, sedentario, que resuelve
sus casos sin salir de su habitación. Contemporáneo de Zaleski es El viejo en el rincón, por ejemplo, de
la baronesa de Orczy. Luego, el más popular bien entrado el siglo XX fue Nero
Wolf, que tuvo mucho éxito y una serie de televisión. También hay casos de
Holmes y de Poirot que resuelven a distancia. Es como un reto para el escritor.
Nombraré además, dos insignes: Isidro Parodi, de Borges-Bioy y Wendell Urth, de Asimov.
P.-
Editáis libros que os gustan que no están en español. ¿Cómo encontráis esos
manuscritos?, ¿cómo es todo ese proceso? (hallazgo, búsqueda, derechos de
autor, etc.).
Noemí:
A veces leemos las novelas directamente en inglés y otras veces encontramos
traducciones antiguas en español. Si nos encantan, averiguamos quién tiene los
derechos y hacemos nuestra oferta. Al principio creíamos que nadie aceptaría
publicar con nosotros, pero afortunadamente nos equivocamos. Hemos logrado
publicar obras maestras.
P.-
En Who tenéis dos colecciones en el catálogo: Golden Age y Contemporánea. ¿Qué
novela recomendaríais de cada colección que sea ideal para leerla en un gran
caserón?
Noemí:
Junto a la chimenea, en un gran caserón, casi cualquier novela podría parecer
buena. Pero voy a arriesgarme a dar unos títulos. Si estás bien acompañada y no
te importa pasar un poquito de miedo, entonces te recomiendo La escalera de
caracol, de Ethel Lina White. De la colección Contemporánea, nuestra Vera
y La cuarta puerta, de Paul Halter, también pueden resultar muy
sugestivas.
Manuel:
Lo suscribo. Casi cualquier novela clásica, o con regusto clásico, es ideal
para leer en condiciones inspiradoras. Yo añadiría quizá Cuando por fin morí, de Gladys Mitchell, en la que un caserón
encantado está muy presente.
P.-
Publicáis literatura detectivesca. Según vuestro criterio, ¿qué buenos elementos
tiene que tener una historia de detectives para que os guste realmente?
Noemí:
Hemos hablado mucho sobre esto y aun así no hemos llegado a una respuesta
definitiva. Suele atraernos una atmósfera envolvente y evocadora, que sea
imaginativa y plástica, que los diálogos sean ingeniosos, que los personajes no
sean vulgares, que la trama tenga misterio, que haya algún giro desconcertante,
que la resolución del enigma sea sorprendente… Sin embargo, no es necesario que
tengan todas estas cualidades al mismo tiempo.
P.-
Habladnos sobre el diseño de vuestras cubiertas. ¿Por qué seguís ese diseño? La
séptima hipótesis o La torre y la muerte son muy buenas. ¿Cuáles son
vuestras preferidas?
Noemí:
Igual que antes, te diría que no hay un criterio. Intentamos, por supuesto, que
la portada trasmita algo de la esencia del libro y nos ha parecido que ciertos
ilustradores podían llegar a trasmitir esa idea y ese estilo especialmente
bien. Los hemos encontrado gracias a las redes sociales y nos hemos puesto en
contacto con ellos. No sabría elegir una sola portada. Me gustan todas.
Manuel:
Lo mismo digo. Me gustan todas.
P.-
¿Qué diferencias hay entre la novela detectivesca y la novela policíaca?, ¿en
qué momento álgido se popularizó la novela de detectives?
Manuel:
A grandes rasgos, la novela detectivesca se centra en la resolución de un
enigma. Se centra en un problema que hay que resolver, un laberinto, un
rompecabezas. Se acerca más a la literatura fantástica que a la realista. La
novela negra trata de reflejar un mundo violento y corrupto. Es realista y,
como tal, determinista.
P.-
Se acercan tiempos de ferias y días del libro. ¿Tenéis algún evento a la vista
que queráis compartir con nosotros?
Noemí:
Acabamos de estar firmando en la Feria del Libro de Valencia y volvemos el
miércoles 1 de mayo. Ha sido una experiencia estupenda.
P.-
Necesitamos una recomendación literaria para esta primavera. ¿Qué novela
policíaca o de misterio nos recomendaríais de las letras hispánicas?
Manuel:
No es español, pero escribe en español: el argentino Guillermo Martínez. Me
encanta. Podéis empezar, por ejemplo, por La
muerte lenta de Luciana B. Una maravilla.
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