"Jorge Oteiza escribió “el invierno es una circunferencia”. Esas cinco palabras fueron muy importantes para mí. Catalizadoras y laberínticas. Las he repensado muchas veces y albergan holograma, nieve y cencellada, trigales que desembocan en mi paisaje visual: la llanura. Nací mirándola y fui creciendo sin comprenderla.
Viví alejado entre montañas y llegó un momento en el que casi terminé odiándola. Pero con el tiempo fui desentrañando su lenguaje de gestos austeros, su manera hermosa y fiera de acariciar los pájaros. Ahora vivo hacia la luz que desprende. De tanto en tanto es imprescindible ir a caminarla y vaciarme las pupilas sobre su regazo. Es mi historia de amor y de odio hacia este desierto policromado.
Este libro está escrito para confluir en ese verso de Mario Santiago Papasquiaro que resume dos mil años de poesía: 'Dios es rupestre & el Big-Bang su bisonte desatado'."