Breve y muy extraña novela sobre una mujer que, durante un viaje a Ibiza (pero la Ibiza de los años 50), recuerda distintas relaciones de su pasado para tratar de comprenderse: la amistad y luego enemistad con su tía, los encuentros con un hombre mayor que ella y el noviazgo con un tipo más joven (con el que acaba casándose). La narración va alternando entre el pasado y el presente de Hatty con mucha sutileza, a veces uno incluso tarda en darse cuenta de los giros (sobre todo en ese paralelismo entre la estancia en España y la estancia en Francia). Por esto mismo, hay que prestar mucha atención durante la lectura. Dos extractos del comienzo:
Me he enterado hoy de que Cynthia murió el pasado viernes por la tarde en el hospital comarcal de Ipswich, justo después de tomarse una taza de té.
No esperaba que la noticia me afectara como lo ha hecho. De entrada me atrincheré en mis rencores, apretándolos contra mí, para al minuto siguiente sentir como si una gran ola acabara de estrellar de improviso en la costa y hubiera minado y horadado los cimientos mismos de mi vida.
De modo que eso es lo que pasa cuando se le muere alguien… a quienes albergan animosidades. La misteriosa desaparición los envuelve también a ellos y se quedan desasosegados con un nuevo puñado de problemas con el que vérselas…
…Hace seis años que vi por última vez a Cynthia, seis años desde que me liberé de cuajo de su reproche inquisitorial, de la sonrisa mínima y antipática que siempre acompañaba sus pullas más afiladas: la miel y la hiel bien mezcladas hasta conseguir una consistencia tan cremosa que se volvían inseparables. Debería, no obstante, haber reconocido las razones que lo alentaban; siempre he estado hablando de la verdadera llamada de la vocación, tanto en la época en que pretendía ser pianista como ahora, de nuevo, que intento recomponer las piezas de mi vida para empezar de cero con un marido al que tanto llevo en edad.
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Es curioso que nos llegue hoy la noticia, justo en la víspera de nuestra partida. Lo tenemos todo dispuesto para, mañana a primera hora, poner rumbo a Ibiza, la más agreste de las Baleares. Hace un año que nos casamos y desde entonces teníamos pendiente esta escapada. Pareciera ahora algo trascendental, un gesto de respeto involuntario y casi predestinado hacia una persona fallecida, pues fue Cynthia la primera que me habló de la isla, seguramente por la época en que la conocí, cuando rondaba mi decimo cuarto cumpleaños.
[Muñeca Infinita. Traducción de Julia Osuna]