Erika y el tiempo es, entre otras muchas cosas, una historia de (no)amor, una novela (anti)romántica que transita entre el realismo sucio y el terreno fantástico y se plantea temas como la creación artística, el paso del tiempo o el feminismo y los nuevos paradigmas sociales. Una (anti)novela que habita al margen de los códigos y cánones propios del género y que habla de los caminos irremediablemente divergentes que toma una antigua pareja.
Marc es el típico poeta maldito anclado en el pasado y el dolor.
Mientras que Erika, que tiene una especie de don sobrenatural o acceso a otros planos o dimensiones, aprende a amarse y gestionarse, a trascender más allá de la tragedia y el propio espacio y tiempo. Él es el hombre arraigado al privilegio que no entiende que todo cambia. Ella es la evolución necesaria, el nuevo mundo naciendo implacable y hermoso.
Pero Erika y el tiempo tiene diferentes y abundantes capas y lecturas, ya que son varias voces las que van conformando una narrativa diversa y a menudo opuesta o contradictoria de una misma realidad que, como todas, es líquida y está en manos del dueño del relato. Distintos personajes amplían y completan la visión de conjunto a la vez que la empañan y oscurecen entretejiendo sus propias historias.
Erika y el tiempo forma parte de la colección de narrativa de Loto Azul.