Apenas reconozco a aquel que fui,
al mismo que una vez gritó mi nombre.
El tiempo lo ha borrado irremisible
dejando solo polvo en el camino.
Apenas queda nada ya de mí,
de aquel que se perdió, que ya no existe.
Soy solo un impostor dentro de un cuerpo,
un viejo cascarón a la deriva,
un náufrago en la arena del desierto.
Óscar Alonso Pardo