Sarai
Herrera y Sergio Chesán son las editoras de Horror Vacui Editorial, un proyecto cultural que edita narrativa de voces femeninas que tienen que ver con lo oscuro, grotesco y monstruoso. Hemos hablado sobre sus gustos literarios y sobre un catálogo repleto de calidad, dispuestos a crecer y a seguir manteniéndose en el mercado del libro con fuerza.
P.- Horror Vacui nace en el 2021, ¿de dónde veníais?, ¿en
qué contexto se funda la editorial?
La verdad es que la
idea de la editorial nace bastante antes de 2021. Es algo que se venía gestando
desde hacía muchos años. Esa idea empieza a tomar forma en 2019 y, aunque
estaba previsto que empezáramos en 2020, la pandemia nos desbarató un poco los
planes y tuvimos que posponer el lanzamiento hasta el año siguiente.
Sarai. Yo soy editora
de profesión, siempre me he dedicado a esto, pero quería tener un proyecto
propio que reflejara mis inquietudes en literatura, tener la libertad de publicar
lo que yo quisiera sin atender a más criterios que los literarios. Eso es algo
que caracteriza a Horror Vacui, nos da exactamente igual el currículum
biobibliográfico de la autora, su visibilidad en redes o de quién venga
recomendada. Solo nos fijamos en lo que escribe (como debería ser).
Sergio. Yo había
publicado un par de libros como autor, pero poco más. Compartía los gustos de
Sarai y, cuando ella me planteó la idea de fundar una editorial, acepté sin
pensármelo. Compartimos la misma afinidad por un millón de cosas y trabajamos
muy bien juntos.
P.- ¿Por qué os visteis con la necesidad de publicar este
tipo de obras escritas por mujeres?
Creíamos que era
necesario crear un espacio para una literatura que se alejara de lo que
convencionalmente se ha llamado «literatura femenina». Dar cabida a textos
escritos por mujeres que pudieran expresar la oscuridad que llevamos dentro,
que explorasen lo inquietante, lo extraño y lo grotesco sin soslayar, por
supuesto, la dimensión social de las obras.
P.- Por ahora, habéis publicado dos novelas (seis libros en
total en todo el catálogo), y ambas en marzo/abril y septiembre. Contadnos por
qué seguís esa estructura.
Decidimos empezar poco
a poco y publicar solo un par de libros al año. Pero la verdad es que la
editorial ha ido tan bien que ese modelo se nos ha quedado pequeño y pronto
empezaremos a publicar más libros, así que, en realidad, es una estructura que
ya no repetiremos.
P.- El último libro que
habéis publicado es Su cuerpo ha florecido, de Kathryn Harlan. ¿Qué nos
podemos encontrar en estos relatos?
La antología de Harlan
rescata ciertos temas de los cuentos de hadas y del folclore en general para
darles un enfoque mucho más moderno. En muchos de sus relatos se reformulan
estos cuentos para atacar el carácter sagrado de la familia nuclear o para
ilustrar el insoportable vacío de la vida contemporánea. También hay relatos
que hacen un gran énfasis en los desastres del cambio climático. Todo contado
desde una prosa rica en detalles y asombrosamente pulida para tratarse de la
obra de una autora debutante.
P.- ¿Cómo conseguís los manuscritos de vuestras autoras?
De dos formas. Por un
lado, hacemos una labor de scouting rastreando lo que se está haciendo en otros
países. Nos interesan particularmente las autoras de las nuevas generaciones en
el panorama anglosajón e hispanoamericano. Por otro lado, también tenemos la
recepción de manuscritos abierta y, por ejemplo, el libro de Alicia Mares o el
de Flor Canosa fueron recibidos directamente en nuestro correo. Los leímos, nos
maravillaron y decidimos publicarlos. No hay más.
P.- California, México. Ninguna escritora de vuestro catálogo es española. ¿Por qué optáis por nombres extranjeros?, ¿habéis pensado en algún momento abrir la recepción de manuscritos?
Como comentamos en la
pregunta anterior, la recepción de manuscritos está abierta. Y sí que hemos
publicado a autoras españolas, por cierto: en Madres oscuras, seis de
las autoras son españolas, una clásica (Emilia Pardo Bazán) y otras cinco
contemporáneas. No tenemos ningún problema con publicar a autoras nacionales.
P.- Publicáis sobre lo oscuro, grotesco y monstruoso, ¿recordáis
cuáles fueron vuestras primeras lecturas que trataban estos temas?
Sarai. Supongo que mi primer acercamiento, con dos o tres
años, son los cuentos de hadas. Siempre he sentido una fascinación casi malsana
por estos temas, de pequeña (y de adulta) me maravillaban especialmente
Barbazul, Caperucita Roja, Los siete cabritillos, Hansel y Gretel, Los tres
cerditos… Ya de adolescente, con catorce y quince años, empecé a leer
literatura gótica y, sobre todo, literatura francesa (simbolismo, romanticismo,
decadentismo). Recuerdo con mucho cariño El jardín de los suplicios, de Octave
Mirbeau, y A contrapelo, de Joris Karl-Huysmans. Señalo estos dos momentos
porque creo que son los que más me influyeron a la hora de configurar mis
gustos literarios.
Sergio. No, la verdad
es que no me acuerdo exactamente, pero es algo que llevo leyendo desde la
infancia. Supongo que todo viene de los clásicos de la literatura gótica y de
los franceses del siglo XIX, como ya ha comentado Sarai.
P.- En Madre oscuras, tenemos relatos de madre
infanticidas, espectrales o autoritarias. ¿Nos podríais poner un poco la miel
en los labios con algún tipo de estas madres que encontraremos en el libro?
Un poco de todo. Madres
frías y crueles, abuelas que son capaces de cometer acciones terribles por el
bien de sus nietas, madres que mantienen relaciones cargadas de violencia con
sus propias hijas o madres que explotan y humillan a otras mujeres para que
cuiden de sus hijos.
P.- Parece muy interesante la sinopsis de Pulpa,
donde la acción se desarrolla en una sociedad que prohíbe el dolor. ¿Dónde se
podría ver aquí lo oscuro y perturbador?
Prohibir el dolor en
sí es lo perturbador. Una sociedad anestesiada es terrible, el dolor forma
parte de la vida igual que otros sentimientos menos denostados. Es en el
contraste de opuestos que las cosas tienen sentido, igual que la vida cobra
importancia porque existe la muerte.
»En cuanto a la parte
más física, también está el control sobre los cuerpos de las personas. La
protagonista es una masoquista en una sociedad en la que ese resulta ser el mayor pecado.
Por eso ella encuentra la liberación en transgredir esas normas. Pulpa es una novelita corta con una infinitud de lecturas. Lo característico en esta obra viene no
solo del alto grado de violencia que contiene ni de esa otra gigantesca
violencia que el poder ejerce para eliminar todo lo que considera indeseable,
sino en el mismo estilo de la autora, en las imágenes poéticas que consigue
crear.
P.- En Lo salvaje, los relatos de Julia Elliott,
encontraremos un gótico sureño. ¿Se puede dar miedo en este tipo de ambientes?,
¿nos podrías decir algunos ejemplos?
Una de las
características del gótico sureño, además de sus ambientes melancólicos,
fantasmales, y de esa nostalgia por un mundo mágico más allá del nuestro,
racional y utilitarista, es que hace especial énfasis en las violencias
cotidianas, en la crueldad de quienes podrían ser perfectamente nuestros
vecinos. Desde Faulkner a Toni Morrison o Joyce Carol Oates vemos esta
contraparte oscura. Especialmente en Joyce Carol Oates, claro.
P.- ¿Estáis contentos con lo que habéis conseguido en el
sector editorial español?, ¿os gusta dónde estáis posicionados a día de hoy?
Sí, la verdad es que
sí. Creemos que poco a poco hemos ido llegando a nuestros lectores ideales, que
es lo más importante, y la verdad es que hemos recibido una multitud de
comentarios positivos. Estamos muy contentas con cómo nos han ido las cosas por
ahora. La editorial no deja de crecer y, después de tanto esfuerzo, nos hace
muy felices ver que las cosas funcionan.
P.- Es Halloween, ¡necesitamos una recomendación
perturbadora! ¿Nos podríais decir una cada uno?
Recomendamos dos
novedades de este año de dos autoras que nos gustan mucho. Las indignas, de
Agustina Bazterrica, y Miseria, de Dolores Reyes.
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¿DÓNDE ENCONTRARLOS?