Arcadio Rodríguez: «El mero hecho de permanecer alejado del mundo me atrae»



Arcadio Rodríguez Tocino (1977) es autor de varias novelas, algún libro de poemas y ha colaborado, entre otros, en medios como Friedhof-MagazineMetalcryRockNación Rock EstatalDentro de la literatura, ha publicado los siguientes libros: El razonamiento del kaláshnikov; El asesino del Black Metal; The Holy Cannabis; El cineasta; Las cenizas de Oradour; Las ruinas de Leningrado; Pequeña historia de Treblinka; Enfrentados; El vendedor de palabras; Así me libré de Vietnam; Las mejores personas de Jersey; Alderney, la isla del silencio; Alderney: Operación Corvus y Torpe, pero poesía (Fuente: La Magnífica Editorial).





P.- ¿De qué trata El faro?


Hola, María y lectores de La boca del libro. Cambio de género en cada novela que escribo y esta vez tocaba una historia muy corta, 140 páginas con ilustraciones, en la que mezclo tres obsesiones cinematográficas: Alien (1979), La cosa (1982) y The Blob (1988), más la Biblia como texto. Quería abordar el asunto extraterrestre con el componente de miedo y claustrofobia, y la mejor manera que se me ocurrió fue partiendo de ciertas películas que me suelo ver todos los años dos o tres veces. A eso hay que añadirle la subtrama de una relación paternofilial, algo muy presente en prácticamente todo lo que escribo.



 

P.- ¿Cómo son los personajes que nos vamos a encontrar?

 

Personas normales empujadas por acontecimientos que les sobrepasan. Así de sencillo. Los héroes los dejamos para los cómics y la películas esas de Hollywood, malas como pegar a un padre, pero que recaudan millones y millones. Eso sí, hay pocos personajes. No necesitaba muchos porque me centré en contar la vida en un faro de principios del siglo XIX. De aquella era todo muy básico. Los faros funcionaban con un sistema parecido al de los relojes de cuerda, no había electricidad y el sistema de agua potable era nulo. Normalmente, con tres fareros estaba todo arreglado. Una vida dura y que no estaba hecha para cualquiera, por lo que no sobraban candidatos para trabajar en cuanto el barco zarpaba de puerto.

 


 

P.- ¿Nos podrían contar algunas curiosidades sobre el oficio del farero?

 

El oficio ha ido cambiando según avanzaba la tecnología. Yo he elegido una época muy básica en la que no hay que idealizar una faena para la que había que mentalizarse a conciencia. Se tenía que convivir con personas que no conocías de casi nada durante seis semanas, sin radio, sin televisión, sin contacto con el mundo exterior, manipulando el mercurio sobre el que giraban las lentes y cobrando poco dinero. Te dejaban en la isla y ahí te las apañases durante lo que durase el turno, que podía incrementarse por el mal tiempo. Si te quieres morir, es cosa tuya, pero nadie iba a ir para preguntarte qué tal estabas o si se habían estropeado las reservas de alimentos.

 

 


P.- ¿Por qué has querido ambientar la historia en Finlandia, en 1907?

 

La isla en la que me centro se llama Bengtskär, el lugar más austral habitado en Finlandia. Elegí la isla antes de que construyesen un edificio contiguo al faro, que sirvió para albergar a las familias de los sufridos fareros. Cualquiera puede buscar esa isla en internet. Me parece un lugar con mucho encanto, aunque sin idealizarlo. Está aislada de todo, solo es roca, sin vegetación de ningún tipo. Un enclave idílico para pasar unos días. De hecho, ahora mismo Bengtskär es un hotel donde incluso uno se puede hasta casar. Los finlandeses lo explotan como lugar turístico, ya que los faros poco tienen de utilidad desde la llegada de los modernos GPS.

 



P.- No es la primera vez que anclas la historia en una isla (Las mejores personas de Jersey, GoodBooks, 2021, entre otras), ¿por qué?

 

Llevo cinco novelas publicadas en islas. Alderney por dos veces, Jersey, Guernsey y Bengtskär. Todas tienen en común que son islas pequeñas. El mero hecho de permanecer alejado del mundo me atrae. Me gustan las islas pequeñas y me encantan los faros, que pueden simbolizar muchas cosas, pero yo me quedo con el aislamiento que proporcionan. Tengo claro que una cosa es ir a trabajar y otra ser un turista. Seguro que si tuviese que vivir en un faro de continuo no pondría la sonrisa que pongo cada vez que veo uno, pero como estoy en el lado turista, procuro continuar con mis sueños de estar en un faro lo suficiente como para no odiarlo.

 



P.- La novela es finalista del Premio Tristana 2021. Háblanos en qué consiste este certamen.

 

Es un concurso de cierto prestigio de Santander, que solo acepta novelas cortas y de género terror o ciencia ficción. Esta novela cumplía con las bases y me animé a presentarla. Lo hice sin muchas perspectivas, porque sé cómo está el patio. La sorpresa fue que de trescientos manuscritos el mío quedó finalista. Me mandaron un correo que decía “sí fue una de las diez seleccionadas como finalistas y fue valorada de manera elogiosa por el jurado”. Ojo, tampoco es para tirar cohetes. La cosa quedó ahí. La palmadita en la espalda mola, claro, pero me quedé sin editorial para publicar. Tuve que mover la novela durante dos años hasta que apareció La Magnífica Editorial. Y justo fue firmar el contrato y me escribieron de otra editorial para publicar la obra. Así es este mundo del escritor sin padrino: compaginas sequía con días de precipitaciones.

 

 



P.- La cubierta es una maravilla, ¿cómo fue el proceso?, ¿la elegiste tú?

 

La gente de La Magnífica Editorial se leyó la novela e indicó a un ilustrador lo que tendría que aparecer. Si uno se fija bien, por ahí hay un gato negro, un meteorito y lo que se buscó fue invertir la imagen, queriendo representar el día y la noche. Yo lo que di fue el visto bueno para mandarlo a imprenta. La editorial es la que realmente tiene que valorar lo mejor para la obra. Cuando firmas un contrato tienes que confiar en las personas que están detrás, y yo fue lo que hice. Cuando autoedito sí que elijo las portadas, pero esta vez todo fue cosa de los editores, así como el tamaño del libro o el tipo de letra. Lo recuerdo como un proceso sencillo porque no puse ni una pega. La idea me gustó desde un principio y solo dije “pa´lante”.

 



P.- Arcadio, eres un asiduo en nuestro blog, desde que en el 2017 te entrevistase para El cineasta. ¿Cómo te sientes después de tantos años escribiendo?

 

Se supone que todo artista tiene su ego. Yo me incluyo, lo que pasa es que el mío cabe en una caja de cerillas y todavía sobra espacio. No voy a vender motos ni una imagen que no se corresponde con la realidad. Como escritor soy insignificante. Equivalgo a multiplicar por cero cualquier número que se te ocurra. Dicho esto, para mí escribir es una tarea con la que me siento aislado. Es mi faro, mi isla particular. Me gusta estar solo, escuchando música y dando forma a una historia que puede no ser la más original del mundo, pero es la que a mí se me ha ocurrido. Solo quiero seguir teniendo ánimo para continuar haciendo lo que hago, porque es una tarea con la que encuentro mucha calma.

 



P.- Esta pregunta se relaciona con la anterior, ¿qué has aprendido después de tantos años en el oficio de escritor? 

 

Me gusta lo que has dicho: oficio de escritor. Los ingresos con los que pago las facturas vienen de otro sitio. Es algo que me preguntan a veces, que si vivo de esto. No en el sentido económico. Es que no gano dinero ni cuando me publican, otra cosa es que se quieran o no se quieran creer mis palabras. Cuando autopublico, sí que suelo perder pasta, aunque cantidades que para mí son insignificantes. Ahora mismo cumplo los diez años metido en un mundo que me costó comprender. No conocía a ningún escritor ni editor ni sabía los secretos y peculiaridades del mundo editorial. Así que aprendí en la escuela más cara que hay: a base de equivocarme. Lo que ahora tengo son unas ideas muy claras sobre editoriales y sus contratos. Eso y no meterme en discusiones estériles con teóricos de la escritura que desprecian la autoedición y se piensan que por firmar con una editorial ya está todo hecho. Es un tema amplio, y como en esta entrevista no pretendo dar la chapa a nadie, lo mejor que puedo decir es: disfruta con lo que haces y no fisgues la casa del vecino.

 



P.- He de reconocer que me encantan las historias de faros. ¿Qué novelas o películas nos recomendarías?

 

Dos películas muy buenas son El misterio del faro (2018), inspirada en una historia real y ambientada en la isla Flannan, costa escocesa, donde tres fareros desaparecieron sin dejar rastro, lo que motivó toda clase de especulaciones. Es una historia de la que también se han escrito varios libros y se hizo una obra teatral. Y después la novela La piel fría (2002) del escritor Albert Sánchez Piñol, que también tuvo su eco en el cine con una sobresaliente adaptación. Y bueno, no me quiero olvidar de los buenos planos que dejó Carpenter en La niebla (1980), aunque su película de fantasmas no transcurre propiamente en un faro, sí que tiene cierta relevancia en el guion.

 



P.- ¿Nos podrías recomendar alguna novela que te haya gustado que hayas leído este verano? 

 

Principalmente, este verano me he dedicado a leer biografías de Adolf Hitler; el músico Paul Stanley, de KISS, y la del guitarrista Steve Jones, de Sex Pistols. Ahora me voy a poner con una reedición en tapa dura de una biografía de 1980 de George Orwell. Imagino que dicho así puede sonar a una ensalada muy rara, pero es lo que toca. Solo entiendo de libros que me atrapan y de los que no, por eso los voy mezclando. Eso sí, también he tenido tiempo para tocar el género negro con Malas Influencias - El misterio de la página en negro de Marc R. Soto y Manos frías de Ángel Barrios, ambos editados por Knowmadas Books, una editorial de Murcia.





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¿DÓNDE ENCONTRARLO?


Entrevistas:


-Entrevista a Arcadio por su novela El cineasta (19/7/2017).
-Entrevista a Arcadio por su novela Alderny, la isla del silencio (25/5/2018).
-Entrevista a Arcadio por su novela Enfrentados (13/2/2019).
-Entrevista a Arcadio por su novela El vendedor de palabras (17/7/2019).
-Entrevista a Arcadio por su novela Las mejores personas de Jersey (12/2/2020).
-Entrevista a Arcadio por su novela Quedarán los monstruos (21/10/2021). 


-Twitter: @arcadiotocino

 

 

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