El alma que les falta es la respuesta a una pregunta urgente (estamos en septiembre y nadie dice nada): ¿Cómo van a cambiar el rumbo del país? ¿Cómo van a desmantelar el clientelismo? ¿Cómo van a salvar el Seguro Social? ¿Cómo salvarán el Canal? ¿Cómo desharán el contrato minero? Nadie nos responde al “cómo”, y siguen hablando paja del “qué”.
El “qué” es el país, es la educación, la salud pública, la vivienda, el empleo, las infraestructuras, eso lo sabemos, y los políticos siguen nombrando lo obvio mientras nos miran condescendientes, como si fuésemos imbéciles, y no nos dicen cómo lo van a hacer: nos vienen con el cuento de que si se alían su maldad corrupta de años se va a neutralizar.
Sumen aliados y tendremos un Frankenstein multicolor que terminará por arrasar con lo que queda de país. Si alguno cree que la solución a nuestra circunstancia está en sumar a los mismos, o es cómplice o es ignorante (como ya dijimos): necesitamos apartarnos de lo de siempre y tenemos que exigir que se nos diga el “cómo”, basta de hablar del “qué”: eso ya lo sabemos.
Un gobierno de siglas y colores distintos nos va a convertir en un estado atrofiado, policéfalo y autodestruible. Muchos líderes y pocos servidores, pocos estadistas, pocas luces largas, pocas respuestas: el que calla el “cómo” es porque no tiene intención de cambiar nada. El que proclama el “qué”, aspira a seguir haciendo lo mismo con cara dura de Mr. Potato. Leer el artículo aquí.
Artículo publicado en el diario La Prensa, martes 12 de septiembre de 2023.