Contrition se mueve dentro de unas claves que conectan con el género negro estadounidense más reciente: el de los thrillers de Fincher y Nolan, o series como True Detective. Por sus páginas desfila una galería de personajes reconocibles (la periodista, el sheriff, la agente de seguimiento de delitos sexuales, el sacerdote de mirada sombría, el director del periódico…), que el guion de Portela consigue dotar de humanidad, evitando la tentación del estereotipo. Los autores construyen su relato de vidas cruzadas a partir de un punto de vista alterno que, en una narración no lineal, nos lleva de un personaje a otro al mismo tiempo que se le revelan al lector las claves y los entresijos de una historia infectada de ponzoña y tan negra como pueda llegar a ser el alma humana.
Contrition, de Carlos Portela y Keko. Muy negro todo
Thriller, noir e investigación criminal en el mismo lote. El nuevo cómic de Carlos Portela y Keko bucea en las profundidades del alma humana desde su mismo punto de arranque (los delincuentes condenados por delitos sexuales) y lo hace con buenas dosis de suspense al ritmo de misterios ocultos y una pesquisa criminal en la que a nadie parece interesarle descubrir la verdad, más allá de una periodista que, en paralelo, realiza su investigación contra viento, marea, familia y directores de periódico.
El dibujo de Keko contribuye decisivamente a sumergirnos en esta oscuridad tenebrosa que domina el relato. Su uso extensivo de la mancha, el realismo fotográfico de las localizaciones y sus personajes, esculpidos con aspereza, levantan el escenario de este thriller tenebroso que, sin embargo, permite vislumbrar un atisbo de luz al final del cráter. Hay una frase, que evoca a Arendt y sus trabajos sobre “la banalidad del mal”, que se repite en varias ocasiones a lo largo del libro: “… hacer cosas malas no nos convierte necesariamente en malas personas”. Puede que haya una parte de razón en su formulación (“La maldad se puede inducir. La obediencia no cuestionada a una autoridad mal empleada puede tener resultados nefastos”), sin embargo, como se encargan de demostrarnos Portela y Keko, también existe un mal en estado puro: ese que proviene del “acto voluntario y meditado, libre de presión externa”.
Contrition es un cómic estremecedor. Como pocos que hayamos leído. Un relato que nos sacude hasta el asco y que nos dejará rumiando acerca de las miserias humanas durante mucho tiempo.