Nació en Madrid, aunque siente
que pertenece a muchos más lugares, por lo que sus raíces aún no están echadas
en ningún sitio. Una carrera en Historia, un máster que le acredita como
profesora de español y un futuro prometedor como dueña de una escuela de inglés
parecen el inicio de un chiste malo. Durante sus estudios, nunca dejó de
escribir, pero tuvo que hacer muchas Big Mac, muchos cafés extraños y bebidas
con ingredientes, tales como honeycomb crujiente o sirope sabor a palomitas de
caramelo para poder ser independiente, por lo que, el camino hasta finalizar
alguna historia ha sido largo.
P.- ¿De qué trata Las hijas de la peste?
Lo primero de todo, muchas gracias por darme la oportunidad de hacer esta entrevista. Para mí es un placer colaborar con vosotros. En esta novela encontrarás una
trama ambientada en un futuro distópico al más puro estilo de El cuento de la criada, Los Juegos del Hambre o 1984.
Las mujeres viven en una sociedad armoniosa y pacífica, no hay conflictos
armados ni hambre ni desigualdades exageradas. Sin embargo, desde el principio
te das cuenta de una cosa que llama demasiado la atención. En esta historia, los
hombres no existen ni parece que hayan existido nunca. Olivia y Elga, nuestras
protagonistas, a través de sus experiencias irán descubriendo junto a los
lectores que, a veces, la realidad no es como la cuentan, y que el precio que hay que pagar por ello es demasiado alto. Quizás ni siquiera estén dispuestas a
pagarlo.
P.- ¿Lo has ambientado en un
periodo histórico real o ficticio? ¿Por qué ese y no otro?
Si bien es cierto que mi fuente
de inspiración de esta idea reside en el periodo del sufragismo y la historia
de la familia Panhurst, además de que hay momentos concretos de la trama
basados en momentos de nuestra historia reciente, esta novela comienza
ambientándose en un futuro ficticio. Podría ser nuestro mundo, o tal vez no. Yo
prefiero invitar a los lectores a descubrir la historia sin compararla con
nuestra realidad. Probablemente, cuando terminen la novela descubran que el reino de Ruby está físicamente mucho más cerca de lo que pensamos.
P.- ¿No has querido ambientar la historia en un escenario real entonces?
La razón por la cual no he querido
ambientar la trama en un escenario real es muy sencilla. Te estoy presentando
una realidad que pretende criticar nuestro concepto de normalidad. Porque,
seamos sinceros, la normalidad es muy subjetiva. No quería que los lectores
descubrieran esa realidad imaginando escenarios que conocen muy bien. Quiero
que se dejen llevar y descubran un mundo totalmente nuevo, sin prejuicios, sin
referencias actuales, pero que puedan generar una reflexión.
P.- ¿Cómo son Olivia Hardy y Elga
de Ruby?
Curiosamente, esta historia nació
con Olivia como única protagonista. Elga surgió de la necesidad de mostrar un
poco más en profundidad la vida de la realeza de Ruby. Olivia es una chica
normal, mientras que Elga es la hermana pequeña de las princesas. En nuestro
mundo sería una infanta, pero en Ruby es la tercera hermana, la Doña, encargada
de servir y proteger a sus hermanas dirigiendo la guardia real. Por otro lado,
mientras que Elga es el ejemplo de obediencia, sacrificio y responsabilidad,
Olivia no puede evitar hacerse preguntas cuando algo no le encaja, es curiosa
por naturaleza aunque eso se contrapone directamente con sus valores, ya que es
una fiel devota de las diosas.
P.- ¿Cuáles fueron tus referentes culturales para crear a las protagonistas?
Mi inspiración para el personaje
de Olivia no ha sido ningún referente cultural concreto, aunque no he podido
evitar dejarme influenciar por mujeres tachadas de rebeldes a lo largo de la
historia, con una inteligencia admirable que decidieron dar un golpe en la mesa
y cambiar las normas desde dentro, o intentarlo, como Coco Chanel. Para Elga,
sin embargo, hubo un momento en el que me di cuenta de que se estaba
transformando en una heroína, y eso me hizo pensar en cómo quería que los
lectores se sintieran al pensar en ella. Entonces quise darle toques, o que
recordara a la sensación colectiva que nos ha generado un personaje tan
querido como lady Diana.
P.- ¿Cómo se invierten los
géneros (hombre/mujer) en la novela?
Intentaré responder a esta
pregunta sin destripar demasiado el libro. El caso es que yo quería que Hijas
de la Peste fuera una llamada a la empatía, ya que he vivido situaciones en las
que creo que los hombres no se alían a nosotras porque no pueden ponerse en
nuestro lugar ni comprender lo que se siente porque nunca les ha pasado, y eso
es algo comprensible. Así que, en mi novela, son ellos los que aparecerán en el
foco de todas esas situaciones que las mujeres hemos vivido y vivimos cada día
que hacen que la lucha feminista sea tan necesaria. De modo que, viendo un
mundo en el que son ellos los que no tienen el poder, que son sus hermanos los
que sufren desigualdad, puedan ponerse en nuestra piel a través de la suya
propia y reflexionar sobre muchas cosas de nuestro mundo que están mal.
P.- Háblanos de la cubierta, ¿cómo fue el proceso?, ¿te enseñaron varios diseños y elegiste uno?
Este tema me produce mucha risa
porque fue un poco caótico. En primer lugar, porque yo no he sido bendecida con
el don de la expresión artística, y en segundo lugar, porque cuando teníamos
por fin la portada perfecta, la perdimos. Voy por partes. En mi caso solo
trabajamos con una única idea porque yo no tenía nada claro lo que quería
exactamente en la portada, pero sí sabía muy bien qué era lo que no quería, y
eso descartaba muchas opciones. Tengo que admitir que agradezco la paciencia
con la que Francesc, mi editor, trató el tema porque descifrar mis ideas sin
conocerlas bien ni yo misma es un poco difícil. Pero es cierto que, tras
enviarle un documento con ideas inconexas y bocetos de espanto le dije: “Confío
en ti, lo que hagas, seguro que está bien”. Al final, lo único que tenía muy
claro era que quería la portada de color blanco. Sí, sí, yo imaginaba mi
portada blanca y la recibí negra. Entonces, me mandan la portada que habéis
visto todos y me quedo en shock. No tenía ni un ligero aire a cualquier cosa
que me hubiera imaginado, pero a la vez, me encantaba. Era elegante, misteriosa
y llamativa a la vez. Era perfecta, solo que tenía que enamorarme de ella
porque no la había imaginado así.
P.- ¿Y qué pasó entonces?
Pues que, cuando por fin estoy encantada
con ella, la perdemos por un accidente informático. Pensé que me moría si no
conseguíamos recuperarla, porque yo ya no me imaginaba nada mejor. Ya me habían
presentado una alternativa parecida pero que no me emocionaba tanto cuando
pudimos recuperar la portada. Hubo final feliz y ahora lo recuerdo y me río,
pero fue bastante duro.
P.- Más allá de las emociones,
¿qué elementos de la trama te gusta que aparezcan en las novelas de fantasía?
Creo que no tengo la fórmula
perfecta para que una historia me enganche, pero si que es cierto que disfruto
mucho cuando el escritor consigue que no me espere lo que va a pasar, cuando me
tienen en vilo sobre algún aspecto de la trama, y el escritor me está empujando
al precipicio lentamente antes de decirme que hay agua y me puedo salvar.
Cuando hay un plot twist que me hace pensar: “Wow, ¿por qué no se me habrá
ocurrido a mí?”. Admiro muchísimo que sean capaces de sorprenderme.
P.- ¿Qué ha sido lo mejor que has
leído en lo que llevamos de año?
Aunque la comencé el año pasado,
me perdonaréis si os nombro la trilogía entera, porque creo que es digna de
mención y justo ahora estoy terminando la tercera parte. Además, aprovecho para
recomendarlo porque me parece que Una educación mortal, de Naomi Novik, se ha
convertido en una historia catapultada a lo alto de mi lista de favoritos. Es
una historia capaz de sorprender y enganchar a cualquiera.
P.- Has publicado con Valhalla,
¿qué tal está siendo la experiencia?
Honestamente tengo que decir que
me siento afortunada por haber caído en sus manos. A pesar de ser una editorial
pequeña y que tiene que luchar por hacerse un hueco en el panorama español, se
esfuerza muchísimo por convertir nuestras historias en novelas físicas con las
que poder presentarnos con fuerza en cualquier sitio. Yo siempre he defendido
que los diseños y la portada me dan igual si la historia es buena, y yo he
trabajado muy duro para que, si te lees Hijas de la Peste, la disfrutes a pesar
de su envoltorio; pero todo suma, y Valhalla me ha dado una novela que es muy
atractiva a primera vista y está muy cuidada estéticamente hablando. Esos
factores de primeras juegan un papel importante a la hora de apostar por un
libro o no, porque cada detalle cuenta e influye en la decisión del lector. No
estoy de acuerdo con juzgar un libro tan fácilmente, pero por desgracia es así
como funciona.
P.- ¿Cuál consideras que es la
obra (fantástica o no) más sobrevalorada y por qué?
No me gusta demasiado hacer esa
clase de juicios de valor de una obra, ya que los gustos en la literatura son
muy variados y subjetivos. Cada libro publicado debe ser respetado de la misma
forma. Pero si tengo que mojarme, y especifico, es mi opinión más personal,
nunca encontré sentido a lo mucho que se valoró la historia de Cincuenta sombras de Grey. Fue una serie de novelas que se vendieron muchísimo y generó
toda una locura en el panorama literario y yo, personalmente, nunca lo
comprendí. Para todo lo que se vendieron y la cantidad de masas que movieron,
podría decirse que sí, está sobrevalorada. No voy a negar que los leí por pura
curiosidad científica y, dejando de lado que el factor erótico atrae a mucho
lector, ni la trama ni los personajes ni siquiera cómo estaba escrito me
pareció coherente con la cantidad de público que tenía.
P.- Si de la magia dependiera,
¿qué se arreglaría en el mercado literario español después de chasquear los
dedos?
Menuda pregunta tan difícil…
¡Vamos allá! A ver, yo creo personalmente que dentro del panorama editorial se
valora muy poco el trabajo del autor. No es normal que el autor reciba un
escaso 10 % - 15 % de beneficio por su novela. Porque no podemos olvidar que, sin
los autores, no hay industria editorial, es así. Las editoriales pequeñas
tendrían un poco más de espacio en librerías, ya que los grandes grupos se
están llevando la mayor porción del pastel y tampoco me parece justo. Me
gustaría hacer mención a la competitividad tan tóxica que se ve entre
editoriales y autores últimamente. Yo creo personalmente que deberíamos
ayudarnos entre nosotros y valorar el triunfo de nuestros compañeros, hacer
equipo. ¡Ah! Lo olvidaba… desaparecerían esas editoriales y negocios que abusan
de escritores con ilusión y poco conocimiento en la industria para engañarlos
con promesas de triunfo que no llegan nunca.
»Y por último, y hablo desde el
desconocimiento total de la fiscalidad de España, pero, en otros países, los
libros son muchísimo más baratos (sobre todo los de literatura juvenil), hacen
ofertas para trilogías de todo tipo y las librerías no sufren por ello ni
recortan en lo de siempre, en trabajadores. Creo que en España haría falta
trabajar en este tema porque como los libros sigan subiendo de precio van a
convertirse en artículo de lujo. Y eso no puede ser.
P.- ¿Podrías recomendarnos una
novela escrita en español que sea del género fantástico o de ciencia ficción?
Me encanta que me pregunten esto, porque precisamente una de mis novelas favoritas es de una autora española que
todos adoramos. Si bien ella es recordada sobre todo por Memorias de Idhún, yo
cuando hablo de Laura Gallego siempre recomiendo La emperatriz de los Etéreos.
Me parece una historia llena de originalidad, personalidad y muchísimo encanto.
No conozco a nadie que se lo haya leído y no lo haya disfrutado.
Muchas
gracias de nuevo por esta entrevista, siempre es un placer colaborar con
espacios como este en el que se da espacio a la literatura.