P.- En 2017 creasteis esta editorial de terror con un nombre muy vampírico. ¿Qué relación existe entre Carfax y Drácula?, ¿por qué Drácula, por cierto?
Carfax es la primera propiedad que Drácula compra en Inglaterra, cerca de Londres, cuando planea instalarse en esa ciudad. Drácula es un clásico del género de terror y nos encanta. Nos pareció que tener un nombre relacionado con esa novela era más que apropiado.
P.- Lleváis desde 2017 en activo,
habéis pasado por una pandemia. ¿Cómo os encontráis ahora?, ¿os sentís a gusto
en el sector?
Poco a poco vamos encontrando cierta
estabilidad dentro del sector, pero sigue siendo complicado, ahora sobre todo
debido a la crisis del papel y de la energía y a la situación generalizada de
precariedad salarial. Nos encanta lo que hacemos y tenemos mucho aguante, así
que esperamos poder superar los obstáculos que se presenten.
P.- Shaila, María, ¿cómo os
distribuís el trabajo en la editorial?
Al ser solo dos personas nos repartimos el trabajo de una manera bastante intuitiva, dependiendo de las necesidades que tengamos en el momento y del tiempo del que dispongamos cada una. Ambas hacemos prácticamente de todo. Las decisiones sobre lo que vamos a publicar siempre las tomamos entre las dos; también las elecciones de los traductores e ilustradores.
Fue una decisión consciente desde el principio
porque queríamos publicar aquello que conocíamos y en ese momento eran más
autores anglosajones. Añadido a que, al publicar pocos títulos al año, tampoco
podíamos abarcar mucho. Sabíamos que ya existían otras editoriales estupendas
que publicaban autores nacionales, por lo que nosotras decidimos ir por otro
camino.
»Sí, de vez en cuando nos llega algún
manuscrito, pero siempre contestamos amablemente que por el momento no
aceptamos manuscritos originales.
P.- Sois especialistas en terror, pero ¿no se os ha pasado por la cabeza publicar otro género (novela negra, histórica, etc.)?
No, solo queremos publicar terror.
Eso lo teníamos muy claro desde el principio, queríamos especializarnos en la
literatura de terror, porque es lo que nos gusta y porque siempre es el género
al que se termina dejando de lado.
P.- ¿Qué país europeo es el más
potente en novelas de terror que no sea Inglaterra?, ¿y asiático? ¿Podríais
darnos algunos nombres?
Históricamente, países como Austria o Alemania eran muy potentes en literatura fantástica a principios del siglo XX, con obras como El Golem, de Gustav Meyrink o La Mandrágora, de Hanns Heinz Ewers, publicadas en España por Valdemar, pero ahora la verdad es que es complicado conocer novelas contemporáneas de terror de otros países europeos porque no se traducen. Como decíamos antes, es un género que se deja de lado y es complicado encontrar obras de otros países traducidas al español o incluso al inglés.
»La editorial americana Valancourt ha
publicado hace relativamente poco una antología de un autor húngaro
contemporáneo: The Black Maybe, de
Attila Veres, y la verdad es que es muy interesante.
»Si hablamos de terror asiático hay
que mencionar a Japón. Es un país en el que el terror tiene mucha importancia,
tanto en la literatura de ficción, como en el manga o en el cine. Autores como
Junji Ito, Koji Suzuki o Kanako Inuki son de una gran relevancia dentro del
género. En España tenemos a la editorial Satori que nos permite acercarnos a
estas obras.
P.- Cuando ves una película de miedo, sientes miedo, pero ¿creéis que es complicado que el lector sienta realmente miedo leyendo novelas de terror?, ¿os ha pasado con alguna novela?
Son dos lenguajes completamente diferentes. Manejan herramientas distintas a la hora de provocar miedo y no se pueden comparar. Es muy posible que una novela te haga sentir miedo, pero va a ser un miedo distinto al que te provoque una película. Tiene que ver más con la ambientación, con momentos concretos de la obra, con cómo el autor es capaz de transmitirte la escena. Y el terror es muy subjetivo, es lo maravilloso del género, sobre todo en la literatura, a cada persona nos da miedo algo diferente, solo tienes que encontrar qué es. A veces estás leyendo un libro y crees que no te está dando miedo, que solo te está generando incomodidad, por ejemplo; y cuando lo cierras, te das cuenta de que te está costando levantarte del sofá para ir al baño porque no sabes qué se está escondiendo en el pasillo.
P.- Enhorabuena por vuestras
cubiertas, sobre todo a Rafael Martín Coronel, el ilustrador. ¿Cuál es vuestra
ilustración favorita? Es difícil decidirse, pero a mí me encanta Joyride, de Jack Ketchum.
Joyride es fantástica. También es una de nuestras favoritas, junto con la de Experimental film, quizá, y la de Acércate, que es la novela que publicaremos este próximo mayo.
P.- En otras editoriales que publican
a autores vivos nacionales, hay una parte importante donde el autor coopera en
la publicidad (eventos, presentaciones, etc.), pero en vuestro caso no es así.
¿Os es muy complicado publicitar novelas de autores muertos?
Sí, la verdad es que la parte de
marketing nos resulta complicada, no solo por no tener autores nacionales, sino
porque tampoco tenemos un presupuesto que poder invertir en campañas de
publicidad. Intentamos que se conozcan nuestras obras a través de redes
sociales, y también les solemos pedir a nuestro autores (vivos ;) ) que nos
manden algún vídeo saludando a los lectores españoles.
P.- Vuestra última novela editada ha
sido Cuentos de lo insólito, de May
Sinclair. ¿Nos podríais avanzar cuál será la próxima novela?
Será la tercera novela corta de nuestra colección Deméter. Se titula Crímenes reales, de Samantha Kolesnik, una autora norteamericana. Es una novela corta muy dura, donde no hay elementos sobrenaturales y el auténtico monstruo es el ser humano.
P.- La literatura gótica nos ha dado grandes nombres de mujeres, más que en otros géneros (donde pueden ser inexistentes): Mary Shelley, Anna Radcliffe, Elizabeth Gaskell… ¿A qué se puede deber?
A finales del siglo XVIII y
principios del XIX quien más leía literatura de terror eran las mujeres, algo
que servía de elemento adicional para denostar el género por parte de los
intelectuales masculinos de la época. Por lo tanto, es natural que también
hubiera muchas mujeres a las que les interesara escribir historias góticas y de
fantasmas. Este tipo de historias tenían mucho éxito y a muchas de ellas
escribir este tipo de literatura les permitía mantenerse y mantener a sus
familias.
P.- Ahora os voy a pedir que me
recomendéis una novela de terror especial para la primavera, que no sea
especialmente clásica. Una que sea de vuestro catálogo y otra escrita en lengua
española.
De nuestro catálogo recomendamos Entremedias, de Tananarive Due, una
novela originalmente publicada en Estados Unidos en 1995 que habla del miedo a
la muerte mientras explora las posibilidades de los multiversos.
»Y una escrita en lengua española, es
difícil, porque hay muchas autoras donde elegir: Mariana Enríquez, para
nosotras siempre es maravillosa. Agujeros
de sol, de Nieves Mories nos encantó con sus personajes atormentados;
recientemente hemos leído, Nocturnas,
de Pilar Pedraza, y es una delicia como se entremezcla el humor, la mitología y
lo oscuro en esta autora. Y otra lectura de hace poco es Pulpa, de Flor Canosa, sobre el masoquismo como un acto rebelde,
muy inquietante.
*Fotografía de cabecera: Luna Rueda Retamar.
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