David González: kinki, dandi y poeta
Según la Biblia, David, fue un ilustre gobernante del Antiguo Israel y, por tanto, una figura histórica.
De todos es conocida su leyenda; el menor de ocho hermanos. Pastor que tocaba el arpa de manera primorosa y que protegía a los rebaños de las fieras. Por su condición de músico, el profeta Samuel lo llevó junto al rey Saúl para apaciguar sus inquietudes.
Israel estaba en guerra con los filisteos, donde le gigante Goliat aterrorizaba a los guerreros. Pero el joven pastor se ofreció a dominarlo con una honda. Pese a las burlas del ejército, lo venció con una piedra pequeña que incrustó en su frente. El gigante cayó y, él, aprovecho el momento para cortarle la cabeza con su propia espada. Más tarde, fue rey. No obstante, como todo hijo de vecino, de adulto, pecó.
¿Acaso David González no es otro David bíblico? Pocos le hicieron caso mientras vivía; su personalidad anulaba sus letras, como si el vestir de una persona o las maneras aniquilen el buen hacer. En una sociedad donde se etiqueta por pestañear sin rímel –sin obligaciones, claro. Uno o una se maquilla porque le sale del orto y punto—. Es difícil encajar con unas botas de serpiente, andares genuinos de kinki dandi y tatuajes del talego.
A David los meritorios y los encumbrados lo miraban como un pedigüeño que lloraba por editar un poemario, una novela… –como a muchos de nosotros—. Vencido por el ejército que solo acoge con santo y seña, a veces, deseaba morir. Algo opuesto a los conocidos de… a los lameculos de… a las presentadoras de… o a las que enseñan las tetas porque les sale de los ovarios y así su poesía, ía, ía, ía… se edita donde quieran. Nadie las fusila y nadie las patea.
En fin, él iba de ‘hago lo que me da la gana’ y no me junto con aquellos snobs estirados y opositores a la pajarita de Wolfe; prefería emborracharse, fumar mota y esnifarse la costa astur... Malvivir arropado por versos escritos en papel higiénico de algún after solitario. ¡Ay! Te distinguieron los tuyos, pero nadie luchó por ti.
David quiso ser un poeta maldito y así lo bautizaron. Ahora que el cáncer de esófago lo ha destruido en menos de cuatro rimas, igual le colocan el Loewe de Poesía, póstumo. ¿Quién sabe? Todo es posible en un mundo hipócrita donde importa más la pose que ser tú mismo. Se lo llevó una enfermedad terminal y su muerte ha podido con el gigante que, ahora, loa sus pies.
Chatee con él una o dos veces y apenas conozco su obra. Era uno más de los que intentamos ser y no somos. Uno más del grupo impío que se ahoga entre prosa invisible y versos condenados.
Tal vez, tengamos que morir para ser reconocidos.
©Anna Genovés
Seis de enero de 2023
David
David tu cuerpo nos dejó
Tu cuerpo lleno de aflicción y dolor por no ser viento
Tu cuerpo lleno de pústulas que crecieron desde pequeño
Organismo que se debatió entre la vida y la muerte, un millón de veces
Amigo desconocido que fuiste, serás y eres, uno más de la rueda del infortunio
Nadie nos protege
Nadie nos alumbra
Nadie nos quiere
Somos hijos de la calle
Hijos que nunca duermen
Donde estés, aquí tienes tu hueco
©Anna Genovés
Obituario a David González
Lunes 6 de febrero de 2023
RIP amigo
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Obituarios
La nueva España. Fallece el poeta gijonés David González
El comercio. Muere el poeta gijonés David González
El español. Muere David González, el poeta maldito que se hizo escritor en la cárcel gracias a Bukowski, a los 59 años
Tam-tam press. Muere el poeta David Gonzáles dejando enlas librerías su último poemario, La canción de la luciérnaga
Wikipedia