FLASH por EUSEBIO PRIEGO



Me gustaría escribir esto desde un spectrum de 48 k,
sentir el tacto suave de sus teclas
en mis manos de nueve años.

Presionar la A
y dirigir mis palabras al mundo
de entonces,
que vengan los ochenta a rescatarme
de esta lluvia sin sentido.
 
Tengo el techo agujereado de ciudad,
se me cuelan las calles
que nunca seré.
 
Hay un poema a medias en la mesa
5 metáforas abiertas en canal.
Hay un rumor de lluvia en el rellano
de la puerta,
un espíritu que traza círculos alrededor
de la imagen que un día fue.
 
Hay también una necesidad olvidada
de ser en el mundo algo más que un hombre,
algo más profundo que una tonelada de huesos.
¿Qué hago con este dolor, dime?
¿qué hago?
Si me ves sonreír pensarás que estoy cuerdo, una cometa de persona y sin embargo
llevo a cuestas trece potros de tortura que intercambio a diario por gramos de equilibrio,
electrones que mantengan los servicios mínimos en esta nave que reposa en el planeta equivocado.
 
Perdí la fuerza
un martes,
apenas grito

Hay una ciudad para enfermos mentales
a dieciséis carteles de aquí,
ofrecen una lobotomía.
 
La nada es la moneda de cambio
una piscina de algo.
El entorno que te salva de la vida
 
Al llegar allí sientes un cosquilleo en las manos
una despedida del lenguaje,
esa leve melancolía
que precede al pantallazo en blanco.
 
Nunca me atrevo a dar el paso final,
simplemente me arrodillo.
 
Hay quien dice que somos los nuevos devotos
del sistema,
la gran mayoría,
un grupo de náufragos
espectadores privilegiados de la muerte
que nos mantiene erectos,
como soldaditos de plástico a las puertas
del patio de ese colegio que quizás fue
la parte sombreada de un intento de sonrisa
un segundo antes de la foto.
.
..
…….
Flash.

Eusebio Priego


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