ÚLTIMAS PERLAS DEL BOSQUE


Un otoño, ya casi invierno, tocante a setas, como ningún otro recuerdo: desde las primeras perlas del bosque, las de chopo, a finales de septiembre, crujientes y sabrosísimas, pasando por las de pradera, senderuelas, champiñón y de cardo en octubre, las exuberantes y enormes macrolepiotas, los níscalos, las lepistas (violeta y de pie azul) y los deliciosos boletus después, hasta llegar, por último y ya en pleno diciembre, a las más tardías, resistentes a las heladas y al frío, las reinas de los pinares, tricholomas portentosum, con las que llené ayer mismo otra cesta... Maravillosos y relajantes paseos por el monte y el campo buscándolas sin pensar en nada más, en ninguna otra cosa, dejando la mente en blanco, pura meditación y terapia en estos tiempos turbulentos que corren, y estupendas recetas con ellas luego, un festín para el paladar de diversos sabores, texturas y colores... Poco más se le puede pedir al bosque...

Vicente Muñoz Álvarez

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