La ruta de calzado al fin terminada, Trás os Montes, lleno de diablos y máscaras, melancólico y decadente, en el recuerdo, Híbridos que ya pasó, abrazos y poemas, sonrisas y versos, los que fueron y estuvieron, los que siempre apoyan y los que nunca están, y hoy, con mi chica, ya liberado de obligaciones y cargas, al fin a boletus: el embrujo de los robles y las encinas, de las jaras y el musgo, el bosque animado, nuestro querido Walden particular, y allí, entre la hojarasca y las amanitas muscarias, rojas como la sangre y salpicadas de pequeñas perlas blancas, desafiando a los hombres y al tiempo, un año más, nuestro tesoro: han tardado, nos dijimos abrazándonos, pero aquí están, como un sortilegio de otoño, como un Santo Grial... Pese a los sinsabores y los malos tragos del camino, aquí están: celebremos, mientras dure el viaje, la magia...
Vicente Muñoz Álvarez