HORIZONTES DEL GRANDEZA, The big country, William Wyler, 1958
Con este poético título se estrenó en España este western de William Wyler con un reparto estelar. En él se lucía Gregory Peck en el papel que mejor le sentaba, el de hombre razonable.
GREGORY PECK, EL HOMBRE TRANQUILO
James McKay (Gregory Peck), llega a Texas desde el este para casarse con Patricia (Carrol Baker), hija de un rico ranchero. Lo que no imagina es que se está adentrando en un escenario prebélico, en el que la guerra por el agua está a punto de estallar entre la familia de su prometida, los Terryl y sus enemigos los Hannassey.
La animosidad con la que lo recibe el capataz del rancho Steve Leech (Charlton Heston), enamorado de Patricia y la humillante bienvenida de los Hannassey no son más que el aperitivo. Su forma de ser pacífica pronto será tachada de cobardía tanto por sus enemigos como por su novia que no entienden su actitud. Su única aliada es Julie Maragon (Jean Simmons), la dueña de las tierras por las que discurre el río y en el que los ganaderos abrevan su ganado. Destacan también las actuaciones de los patriarcas de los clanes rivales: Charles Bickford y Burl Ives, secundario que consiguió un Óscar interpretando al hosco Rufus Hannassey.
DOMANDO EL SALVAJE OESTE
La película sirve para mostrar los conflictos de un país que viajaba a dos velocidades: el Este, más civilizado y culto y el Oeste, una tierra sin ley que aún se estaba construyendo, comandada por hombres rudos y poco dados a solucionar sus desacuerdos de forma pacífica.
La doma del caballo salvaje por parte de McKay funciona como alegoría de ese salvaje Oeste, que el protagonista debe conquistar con paciencia y sabiduría, para poder ganarse el respeto de personas que entienden la “hombría” como una forma hostil de enfrentarse al mundo.
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