EL MERODEADOR: Fragmentos.

 

Salgo a pasear cuando ya la cabeza parece estallarme... Como si sonaran mil trompetas dentro, en mi cabeza, un inmenso caos, un enorme estrépito, caminar para desahogarme, como terapia, cuando realmente no puedo rendir más... La oposición me consume, semana a semana, mes a mes, un proceso de desgaste, un vaciamiento, enerva mi energía, me desangra por dentro... Los temas, el cronómetro, los códigos, reglamentos, circulares, la academia, el preparador... Verdaderamente agotado. Envejecido, desencantado, despersonalizado, frustrado... De todos los infiernos, pienso, quizá este sea el peor... Pero no es ese el sistema, la técnica, me digo, salgo para otra cosa, no para seguir pensando en la oposición, centrándome en ella, sino justamente para lo contrario, para no pensar en la oposición y en la medida de lo posible descentrarme de ella... Esa es mi intención cuando camino hacia la orilla del río, pero pronto me doy cuenta de que vuelvo a pensar en lo mismo, estoy pensando en la oposición y en los temas e intento obstinadamente no hacerlo...

Vicente Muñoz Álvarez,
de El merodeador

Tercera edición revisada, a la venta en LcLibros:



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