Siempre me gustaron las sorpresas. Desde niño, cuando mi madre o mi hermana o mis amigos venían con sus regalos envueltos en papel de colores... Dedicatorias, lazos, cintas... Magia. Lo de menos, en realidad, es lo que hay dentro. Puede gustarte o no y eso no importa. Si eres buen simulador... precioso, me hacía falta, y tan bonito... Es bien sencillo, manipular a las personas, manejarlas, confundirlas, forzar sus emociones... Pero eso sí: que no falte la magia. Si no hay magia no merece la pena ya estar vivo... A eso me refería antes, cuando hablaba de los regalos, la emoción visual, el colorido, el sentimiento... Ahí está la clave: burlar al tiempo y distorsionar la realidad. Algo estupendo. Que vivir sea un juego de niños. Y seguir siempre siendo un cachorro...
Vicente Muñoz Álvarez,
de Las setas y otros relatos de la Era Pulp
(Versátiles, 2021)