TODO TU MAL LO PAGARÁS EN TUS SUEÑOS



A mí, que solo intento a estas alturas de mi película encontrar, por encima de todo, el sosiego y la calma, el equilibrio y la paz, me pasan a menudo y sin quererlo cosas muy raras... Será por mi cabecita loca, tal vez, por los excesos de antaño o por cómo va el mundo ahora, al revés, pero la verdad, me pasan cosas muy raras... Sin ir más lejos ayer, luchando contra el insomnio y mis fantasmas al amanecer, como todos los días, cuando se despereza aún el mundo, salgo a caminar y meditar por la orilla del río, pero me desvío por un sendero que no conocía (como en El Pueblo Blanco de Machen, pensé, un túnel entre la floresta y la umbría lleno de recodos mágicos y de poder) y de repente, súbitamente, una especie de templo en el corazón del bosque tipo la bruja de Blair, con atrapasueños y plumas colgando de los árboles, cráneos de animales, altares, cabañas de chamanes y una ominosa advertencia: TODO TU MAL LO PAGARÁS EN TUS SUEÑOS... Así sin más, yo solo paseando por la orilla del río al amanecer, a bocajarro y quemarropa, esa advertencia... Pensé en Castaneda y Don Juan y Genaro y todo lo que tras la pandemia nos ha pasado, en rituales y viajes astrales, en la matanza de Texas y en cosas muy raras en general, y salí de allí sin saber muy bien a dónde había llegado, dónde me había metido, qué había presenciado y qué sería de mí después... De momento aún sigo aquí, intentando hilar cabos y escuchando, como quien dice, las bombas al lado... Qué extraño todo...

Vicente Muñoz Álvarez

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