Estoy contra las cuerdas:
un cuadrilátero en medio de la nada. Acosada, aturdida,
me tapo con los brazos: dos columnas frágiles
que se hacen añicos en el último y certero golpe.
No puedo escapar, aunque lo intento:
hay sogas de dolor y nudos en mis tobillos
mientras el contrincante celebra su victoria
dando pequeños saltos en el centro del ring.
Deshago las ataduras a tientas:
no es invisible la urdimbre tejida
en el cuarto de mis fantasmas
junto a las escobas y la tabla de planchar,
junto a los berrinches y otras soledades
y una barra de labios que ahora me parece
demasiado roja y he dejado de usar.
Creo me hace más vieja de lo que ya soy.
Lo cuento por enésima vez:
apenas me miro en los espejos,
sino a través de lo que queda de mí
en la belleza de mis hijos
mientras desaparezco en su dolor
que fue el mío
en miméticos tiempos de adolescencia.
Julia Navas Moreno, de Zapatos sin cordones (Chamán Ediciones, 2021)