Hoy hace
más calor de lo habitual.
Tumbado en la cama
leo un libro de correspondencia inédita
del viejo Hank.
Son, básicamente,
reflexiones sobre la escritura.
También leo poemas de Carver.
En uno de ellos,
habla de Machado.
Qué lejos estuvieron
y cuánto me conocen.
Cuando era pequeño, en verano,
leía poemas
en la revista de feria del pueblo.
Era el único escaparate
para los poetas locales.
Eran entrañables,
pero no hablaban de mí.
Me pregunto
qué será de ellos.
Algunos habrán muerto,
como Carver,
como Machado,
como Hank.
Sigo leyendo,
mientras,
el ventilador del techo gira
infatigable
y silencioso.
Antonio Javier Fuentes Soria