¿Cuántas veces naces y mueres en un solo día?
Indefensos vamos corriendo de vuelta a casa
fingiendo que estamos en paz con nosotros mismos
como si de una vieja y obstinada táctica se tratara
que hace aun más patente nuestra intrascendencia.
La vida huele a carne quemada recientemente
como el resto de un incendio que quedó
en el mínimo pasto, donde los ojos
abiertos y asustados de las sombras silvestres,
reflejan remordimiento y culpa.
como el resto de un incendio que quedó
en el mínimo pasto, donde los ojos
abiertos y asustados de las sombras silvestres,
reflejan remordimiento y culpa.
Desde las ventanas de esta pequeña habitación
mirando al mundo mudo, intento entender
porque ya no deseo otra cosa que escribir,
sentir en profundidad una vida que ya no podré vivir
una vida donde el escepticismo llega cuando sé es feliz.
mirando al mundo mudo, intento entender
porque ya no deseo otra cosa que escribir,
sentir en profundidad una vida que ya no podré vivir
una vida donde el escepticismo llega cuando sé es feliz.
Detrás poco existe, si acaso la contemplación
de un tesoro inalcanzable lleno de potencia
ya perdido, destruido, diluido en viejos valores
de un universo desaparecido en su propia fe.
de un tesoro inalcanzable lleno de potencia
ya perdido, destruido, diluido en viejos valores
de un universo desaparecido en su propia fe.
Viviendo, sufriendo, disfrutando de lo divino de la vida.
Ramón Guerrero