Recuerdo que el programa se transmitía por televisión desde la plaza
Víctor Julio Gutiérrez, a los pies del por entonces altísimo edificio de la
Lotería Nacional de Beneficencia, que se levantaba blanco en los años de mi infancia, y se vestía para fiestas patrias de una banda tricolor desde la azotea hasta casi llegar al suelo. Tenía los ascensores más rápidos de
Centro América, según rezaban los carteles de la planta baja.
Ahora resulta que se está investigando otra supuesta trama de corrupción en la Lotería Nacional. No seré yo quien pretenda justificar a éste ni a ningún gobierno, pero ustedes saben como yo que esta no es noticia nueva: “se repite la historia, solo cambia el actor”, como cantaba el gran José Feliciano. Seguir leyendo aquí.
Artículo publicado en el diario La Prensa, martes 25 de mayo de 2021.