EL UMBRAL por JOSÉ ÁNGEL GARRIDO CÁRDENO



En el umbral de las horas
alguien permanece de pie junto al reloj del aprendizaje
y el tiempo cae tan despacio como la manta cubre al mendigo.
Sabes que el pelo es blanco
que la llamada es tardía
y la locura se torna sueño.
Ya no sientes besos
pero siempre te miente el oído y los intuyes cercanos.
Mitad distantes, mitad conformistas.

Hay un abismo en ese umbral
has perdido la memoria de todos los adjetivos
solo quedan nombres
árbol, nube, pájaro, niño, lluvia, miedo
y no hay nada más.
NADA más.

No están ni Catulo, ni Safo, ni Parra
ni la moralidad de los ceniceros
ni las uñas rellenas de tierra
solo quedan nombres.
Has medido, incluso, el espacio justo
para que quepa
un solo adjetivo más
pero te sientas mientras te mira, de reojo, la soberbia.


José Ángel Garrido Cárdeno


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