El mal y yo teníamos una historia propia,

Nunca me rocé con las otras 

para no sentir el mal. 

 

No quería depender de una criatura viva. 

 

 


 

 

Sospeché que la cólera y el juicio 

me vendrían temprano, 

y, sin embargo, rechazaba la necesidad

de un espectador. 

 

El mal y yo

teníamos una historia propia,

las cosas se me aparecían para ser tocadas, 

pero el cuerpo no olvida el terror 

de haber sido alcanzado.