Tener una urna de metáforas y enterrar. Quizás la huella que arrastras sea otra arquitectura prehistórica, el costillar de la costumbre. Ahí no se puede excavar; solo se puede velar y acariciar. Acariciar los contornos y las sombras. Los elefantes mueren próximos los unos a los otros por el instinto de buscar agua. Los mismos elefantes que giran, de vez en cuando, su gravedad alrededor del insomnio. Las palabras son relieves de marfil. Tener una urna de metáforas y enterrar. Un mamut custodia mis noches sedientas.
Celeste Pérez Fernández