José Ferreras sabe de la araña que se esconde entre tus mantas, que envilece tus sueños, oscurantistas, parduzcos y tardíos, para derrocarlos. Sabe de la araña que tuerce tu gesto al enredársete entre el pelo, que se desliza por tu rostro y se oculta en tu oído, Sibila sibilina, cargada de premoniciones.
Las conoce, pues es él quien las fabrica con las manos, alejado de todo flexo estudiantil, de todo redil, de todo rebaño, para penetrar en las moradas aburguesadas de la mayoría y quemar la alfombra, contribuyendo así a purificar la estancia, a limpiar el polvo, cargado de revoluciones.
(Del prólogo de Sara Prida Vega)