Caminar es un acto revolucionario. Es ir de un punto del segmento a otro de una de las formas más lentas y más improductivas. El paisaje es la sedimentación de lo que sentimos o lo que respiramos y para interpretar ese sustrato se necesita el no - vértigo y moverse despacio. La lentitud de mirar las cosas sabiendo que giramos veloces e irremisibles en el espacio.
Roberto Ruiz Antúnez