De cómo y de qué manera tan atípica y sorprendente se puede manifestar el amor, y de dónde encontrar, en tiempos de coronavirus, la metáfora y correspondencia adecuada, los ajos que acabo de plantar en una de las macetas de mi pequeño huerto urbano, en un descanso de la ruta, esta mañana: con todo el cariño del mundo esponjé y enriquecí la tierra, agostada tras el verano, separé y acaricié cada diente, los abrigué bajo el humus y el mantillo, los regué con mesura y puse al sol, y automáticamente pensé: a mi chica le gustaría soñar así, como ellos durante el invierno, a su ritmo y pausadamente, y qué extraño todo, las cabezas, sus asociaciones, la poesía y los confinamientos...
Vicente Muñoz Álvarez
Photo by Marlus Leon