Un pirata contra el capital, Steven Johnson, Editorial Turner, 279 pág., 21,90 €
Es esta una obra muy bien documentada, aunque la inmensa mayoría de las referencias sean de la historiografía anglosajona, en la que destaca sobremanera la capacidad de Johnson para seducir, generar teorías y ser verdaderamente maestro, en el sentido etimológico de aquel que guía a través de una materia. Así, con ese afán docente bien entendido, tocará cuestiones fascinantes como la sucesión al trono del pavo real de los mogoles (el imperio musulmán de la India), la esclavitud, el terrorismo como guerra asimétrica, el hajj (la peregrinación anual a la Meca), los press hangs (o grupos violentos de reclutamiento de marineros), la vida real en un harén, los crímenes sexuales de los piratas o el concepto de Estado nación (y frente a él o fuera de él, el de democracia flotante de los barcos piratas), entre muchos otros. Todos estos conceptos fascinan por su propia esencia, pero además lindan con la espina dorsal del ensayo: el asalto de un barco mogol cargado de riquezas por parte del pirata Every en 1695 que, como sostiene el autor, cambiará profundamente el contexto internacional e institucional con actores como la Compañía de las indias orientales, Aurangzeb (el emperador mogol ultrajado), el pirata y la corona británica.
Decía el genial Benedetto Croce que toda historia es contemporánea, hija, por tanto, del hoy. Así, Johnson establece relaciones acertadísimas en este sentido, apuntando que el uso de la violencia y el terror como arma política entronca el suceso de 1695 con conceptos como Daesh o el terrorismo islamista. Sin embargo, la visión eurocéntrica del autor le lleva a afirmar que el capitalismo, que ya llevaba un tiempo recorriendo las economías mundiales aunque no lo llamarán así, nace de aquel choque pirático. No podemos asegurar que esto sea del todo así, pero desde luego, sí se modificaron voluntades y estructuras que llevaron a hechos tan importantes para la historia mundial como la penetración definitiva de los ingleses en la India. Es decir, el origen de aquel inmenso universo colonial (y sus consecuencias) sí puede tener sus mimbres en un robo perpetrado por un pirata inglés. En cualquier caso, el modo en el que Johnson lo construye y narra es, simplemente, irresistible.
Reseña aparecida en Qué Leer, septiembre de 2020.