Muerte

 

 



Acabamos de nacer y sin saberlo

somos ya esclavos de por vida.

Prisioneros de nuestros genes,

de nuestro hogar,

de la nación cuyas miserias

heredamos sin culpa y sin remedio.

 

Nuestra existencia es una desigual batalla contra las cadenas

que nos atan al cementerio de la historia.

A las promesas del trabajo

o las nieblas del amor

sucumbimos en vano.

 

La única verdad se halla en la muerte,

que concede sin falta a su palabra

la tan ansiada paz del cuerpo y del espíritu.

1 Comment

  1. Muy buen poema, aunque demasiado pesimista.

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