1. "Pensar, clasificar"
Colocar el presente en un anaquel. Ordenarlo alfabéticamente. El Arte antes que Guerra y Política. Fluxus antes que NeoDadá pero sólo por una argucia. Junto a las fotografías de Fukushima, las últimas pruebas de la cura contra el cáncer de mama. Los juicios en Moscú a sus artistas contemporáneos después de la belleza inesperada de un Bansky en tu cocina.
El Proyecto IDIS (Investigación en Diseño de Imagen y Sonido) se lleva a cabo gracias a coordinadores, docentes, estudiantes y programadores de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo en la Universidad de Buenos Aires. En su propuesta se lee:
"La investigación consiste en clasificar y analizar información sobre los principales desarrollos de dispositivos y los antecedentes en la producción visual y sonora realizada con sistemas tecnológicos de creación, almacenamiento, manipulación y transmisión de imágenes y sonidos, analógicos y digitales, focalizando la mirada en el arte de sistemas y en las experiencias pasadas y presentes realizadas por diseñadores, artistas, grupos de comunicación comunitaria y socio-política e investigadores internacionales y de América del Sur."
2. Demasiados manifiestos.
Las Vanguardias se convirtieron en productoras de manuales de superación artística. Consignas y designios. Lo impuesto y el orden. Regímenes disciplinarios disfrazados de Libertad y Rebeldía. ¡Contra eso un nuevo Manifiesto!
3. Demasiados manifiestos, 2.
La utilidad de lo inútil de Nuccio Ordine: pasajes desconcertantes, divertidos, inteligentes y absurdos.
Hace casi dos siglos Giacomo Leopardi y Antonio Ranieri, escribe Ordine, planean un periódico que resulte inútil. No información, no anuncios. Quizá sólo pornografía y ultraviolencia. [Ese proyecto existe en cada esquina de la Ciudad de México: junto a la fotografía una mujer semidesnuda, un descabezado y un par de titulares que pretenden ser graciosos y funerarios.]
"Hay dos clases de utilidad, y el sentido de este vocablo nunca es sino relativo. Aquello que es útil para uno no lo es para otro. Usted es zapatero, yo soy poeta. Para mí resulta útil que mi primer verso rime con el segundo. Un diccionario de rimas, por tanto, me beneficia por su gran utilidad. A usted de nada le serviría para echar suelas a un par de viejos zapatos, y es justo decir que una chaira a mí de nada me serviría para hacer una oda. Tras lo cual usted objetará que un zapatero está muy por encima de un poeta, y que es más fácil prescindir de uno que del otro. Pero sin pretender rebajar la ilustre profesión de zapatero, a la que honro tanto como a la profesión de monarca constitucional, confesaré humildemente que yo preferiría tener mi zapato descosido que mi verso mal rimado, y que pasaría muy gustoso sin botas antes que quedarme sin poemas."