Acevedo es Licenciado en Psicología graduado en la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER), Argentina, en el año 2019, y ejerció dicha profesión en la ciudad de Paraná. Es además profesor de música especializado en guitarra y cuenta con una academia propia en dicha ciudad. La literatura ha sido, no obstante, su disciplina predilecta a lo largo de toda su vida y la presentación de «La Ciudad de los Ciervos» es el cierre de un trabajo de mucho tiempo, siendo el primer relato de la saga que lleva el nombre de La muerte de los Astros.
P.- ¿De qué trata tu novela, La ciudad de los ciervos?
R.- La ciudad de los ciervos es, en primera término, parte de la mitología del mundo en el que transcurre mi saga La muerte de los Astros. La historia comienza con la aparición por primera vez de Agnus, uno de los dioses de la creación. Se encuentra solo y no comprende realmente lo que sucede, pues él mismo ha surgido de la nada. Su tedio y tristeza hacen que decida otorgarles la palabra a los ciervos para que le hagan compañía, además de un cuerpo similar al de él y una ciudad que llegaría a ser perfecta. Luego, en el punto álgido de esta civilización, ciertas decisiones de Agnus y la misteriosa aparición en las puertas de la ciudad de un hombre creado por otro de los dioses comienzan a destruir poco a poco la utopía que había llegado a ser ese lugar.
P.- La novela forma parte de una saga de fantasía, La muerte de los astros. Háblanos un poco de ella o si ya estás escribiendo la segunda parte.
R.- La muerte de los astros es una historia bastante extensa que vengo ideando hace algunos años. Si bien la considero dentro del género de fantasía por el hecho de que en él tengo la libertad de crear lugares, civilizaciones e incluso mitología, trato de esquivar los clichés que usualmente se repiten, como la división tajante entre razas, la época medieval o el uso de la magia como algo cotidiano. Prefiero atenerme a la complejidad del mundo real donde nada es tan sencillo como categorizar a alguien de «elfo» o «enano», y el misticismo de las religiones, donde uno debe creer en que ciertos eventos fantásticos han ocurrido sin necesariamente haberlos visto.
»La saga se centra en el personaje llamado el Preservador, quien escribe el exordio al comienzo de la novela, presentando a La ciudad de los ciervos como un texto religioso dentro de su mundo. La historia que atraviesa la saga se centra en ciertos eventos que este personaje debe desentrañar apoyándose en los textos con los que se encuentra, haciendo las veces de historiador y entrando en la disyuntiva de si debe creer o no. Planeo publicar la segunda parte de la saga el año próximo (espero no caer en el síndrome de George R.R. Martin), y se centrará en la vida del Preservador.
P.- ¿Por qué sientes esa predilección hacia los ciervos?
R.- No sé si llamarle predilección. Al momento de comenzar a crear la historia se me ocurrió que, a pesar de que los ciervos son una figura tan recurrente en la fantasía, no conocía una obra donde se les diera verdadero protagonismo. El ciervo ha servido siempre en el género para representar a los bosques, y estos a su vez son muy característicos para el género. Cuando uno habla de bosques en la fantasía es extraño imaginárselos sin ciervos, y sin embargo son usualmente utilizados simplemente como parte del paisaje, elementos decorativos o algún tipo de icono. Mi intención fue explotar ese imaginario que se tiene sobre ellos y que sin duda comparto. Yo, al igual que Agnus, pienso que se merecían una ciudad como la que les di en la historia.
P.- ¿Qué importancia tiene la naturaleza en la novela?
R.- Mis historias estarán siempre atravesadas por la naturaleza. Si bien lo que más me interesa a la hora de crear narrativa son las relaciones humanas, el lugar de privilegio en las descripciones es de los animales y las plantas. En mi libro la belleza de las flores y el siniestro revoloteo de los cuervos no falta en ningún capitulo, así como tampoco el arrullo del río que atraviesa la ciudad. Me considero un amante de los animales, al punto de que al momento de escribir me costaría más matar un perro que a un protagonista.
P.- Háblanos de Agnus, uno de los cinco dioses de la creación. ¿Cómo es este personaje?, ¿te basaste en alguien para crearlo?
R.- De hecho intenté hacer lo contrario, es decir, más que basarme en alguien busqué diferenciarlo de los dioses que suelen aparecer en el género. Agnus es ciertamente un dios, pero sin duda no sabe lo que está haciendo. Aparece en el mundo y se encuentra solo, no encuentra a nadie más como él, y está tan desesperado que decide usar a los ciervos para crear su propia compañía. Es un ser desdichado y sus motivaciones son egoístas, en ese punto traté de hacerlo lo más humano posible, comparable tal vez así a los dioses griegos.
P.- ¿Te gusta la mitología y por eso decidiste crear la tuya propia?
R.- Sin duda, la mitología griega, mesopotámica, egipcia y persa me han fascinado desde que las conocí. Por ello mismo también me ha dejado siempre un tanto insatisfecho el hecho de encontrarme en la literatura fantástica con que los autores hablan de sus dioses e historias religiosas sin realmente dejarme leerlas. La ciudad de los ciervos es una de esas historias religiosas dentro mi mundo y justamente por ello decidí comenzar por ella.
P.- ¿En tu novela influyen tus creencias religiosas o filosóficas? ¿De qué manera?
R.- Creo es imposible evitar que nuestra forma de pensar e interpretar la realidad se cuele en la narrativa. Por mi parte, además de dedicarme a la escritura, soy psicoanalista, y mucho de lo que he aprendido en el estudio de las obras de Freud y Lacan me ha inspirado al modo en que abordo la creación de los seres hablantes por parte de los dioses. Sin ir muy lejos, en el primer capítulo afirmo que Agnus maldijo a los ciervos con la palabra, en referencia a la idea de que la palabra viene a perturbar la vida del animal que ahora se ha vuelto humano. Lacan con respecto a esto dice que la palabra es una enfermedad, pero en el contexto de mi historia es tomada como una maldición, o como diría tal vez el psicoanalista francés, una mal-dición.
P.- La ciudad de los ciervos es de género fantástico, ¿qué obras te inspiraron realmente de la fantasía para comenzar a escribir este libro?
R.- La lista de libros del género que debo citar no son ninguna sorpresa: Tolkien no puede faltar, el Silmarillion es una obra de dimensiones colosales que apenas puedo creer que haya sido ideado por una sola persona; de los más contemporáneos, Brandon Sanderson me ha inspirado mucho con su capacidad de crear civilizaciones muy complejas de manera tan prolífica, desde Elantris hasta su mayor apuesta en el Archivo de las tormentas; Patrick Rothfuss con su manera tan poética de llevar la narrativa en su saga Cronica del asesino de reyes me ha llevado sin duda a querer seguir esos pasos; y sin duda George R. R. Martin y su Canción de hielo y fuego, que creo ha marcado a toda una generación de lectores y escritores alrededor del mundo.
»Además de estos autores y sus obras, me gustaría agregar a grandes escritores de la literatura del terror. No puedo dejar de nombrar a Edgar Allan Poe y Lovecraft como grandes influencias, son incluso quizá más importantes para mí que los anteriores.
P.- Eres argentino, cuéntanos, ¿cómo ha sido allí la COVID-19 en el sector del libro?
R.- Ha sido muy complicado para todo el sector cultural en general, los libros no fueron la excepción. Es imposible hacer presentaciones o moverse por distintas ciudades para ofrecer los escritos, las ventas se centran casi de forma exclusiva al medio online, que es lo que mantiene a flote el trabajo de casi todos los artistas en este contexto.
P.- ¿Con qué escritor te hubiera gustado pasar el confinamiento?
R.- Quizá me habría llevado muy bien con Lovecraft durante este encierro, siempre imaginé que podría ser amigo mío (eso tal vez no habla muy bien de mí), pero si tengo que elegir creo que optaría por Sanderson, su nivel de productividad debe ser contagioso y no me vendría nada mal para terminar la segunda parte de la saga.
P.- ¿Podrías recomendarnos un libro de alguna autora de género fantástico?
R.- Siempre que me piden que recomiende autores comienzo por Liliana Bodoc. Es una autora argentina de Santa Fe, la ciudad donde nací y me gusta referirme a ella como la Tolkien Argentina. Su obra La saga de los confines es una maravilla que debería ser conocida por todos los lectores del género de fantasía, es una trilogía muy inspirada en las civilizaciones precolombinas, no tiene desperdicio.
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