Pomelo
Se pregunta para qué sirve la vida. Para qué gastar más tiempo. La ruleta de la fortuna, el muerto no muerto.
Día negro
Noche sin luna
La tarde llegó a su fin
La mujer al sosiego.
Desconoce el final de los días eternos. No sabe por qué vive o por qué camina. Los pétalos se arrugan. El vientre se marchita cual pomelo.
Día negro
Noche sin luna
La tarde llegó a su fin
La mujer al sosiego.
Botella vacía y cenicero lleno. Cuando el Sol pasea, se acuesta el lucero. Sin compasión. Sin perdón ni angustia. Sin techo.
Día negro
Noche sin luna
La tarde llegó a su fin
La mujer al sosiego.
Vuela… vuela… pajarillo. El árbol no tiene nidos. Los polluelos no nacieron. Las plumas se cayeron y las hojas huyeron.
Día negro
Noche sin luna
La tarde llegó a su fin
La mujer al sosiego.
La piel se frunce; labios, codos, ojos, piernas y pies, muertos. Los fallecidos caminan de la mano y la miran con deseo.
Día negro
Noche sin luna
La tarde llegó a su fin
La mujer al sosiego.
Los cabellos trepan por la fosa, la tierra los engulle. El lodo corea el nombre sin nombre y las olas perecen en el olvido. Destierro.
Día negro
Noche sin luna
La tarde llegó a su fin
Pomelo, pomelo, pomelo…
La amargura cura su herida
Tirita de mármol
Y gasa de terciopelo
Mujer de cristal.
Pomelo, pomelo, pomelo…
©Anna Genovés
03/07/2017
Fotografías tomadas de la red
del fotógrafo Vadim Stein