A ver cómo me explico, con todas mis dotes semánticas y de persuasión, para que se me entienda y no malinterprete: esto, lo mío al menos, no tiene nada que ver con ideologías, banderas ni estandartes, va mucho más allá de eso y es la pura y tremenda realidad: a algunos, en este momento de caos y terror total, dejando al margen ya lo sanitario (que esa es otra) y centrándonos en lo que va inmediatamente después, lo económico, el Estado, en este mismo instante, los está amparando y protegiendo: han llegado a fin de mes y han visto ingresado en sus cuentas exactamente lo mismo que cobraron el mes anterior, ni un céntimo menos. Lo aplaudo y por ello brindo, por supuesto, así es y debe ser, me digo, en un Estado Social y Democrático de Derecho (según la Constitución). El problema es con el resto, los autónomos, al menos los pringados, como yo, a los que esa misma Administración Púbica (también Social y Democrática de Derecho), sin miramientos, nos está llevando, a mayores del desastre sanitario, a la desesperación y la ruina: nosotros no hemos visto en nuestras cuentas ni un sólo céntimo ingresado este mes, nos han obligado a dejar de trabajar, y por si todo eso fuera poco, nos siguen cobrando cotizaciones e impuestos... Lo que nos prometen, mientras, no se concreta, y esta situación nos está llevando a la quiebra... Nada que ver, repito, con ideologías, banderas ni estandartes, esta es, objetivamente, la pura y tremenda realidad... Y os aseguro que las cosas se ven de muy distinto color desde uno u otro lado, al margen de la tragedia sanitaria que todos estamos padeciendo... Creo que, honestamente y con el corazón al desnudo, como toda mi vida he hecho, os lo tenía que contar...
Vicente Muñoz Álvarez