Entre Fassbinder (por su inmisericorde crítica social: un almuerzo desnudo en la punta de nuestros tenedores), Nekromantik (por lo nauseabundo y extremo de su propuesta) y Torrente (que, a su manera y salvando las distancias, ya lo veréis, también), aunque parezca imposible la combinación, Fatih Akin nos regala esta exhibición de atrocidades y excesos, escatólogica y espeluznante donde las haya, pero a la vez, por desgracia, sórdida y real como la vida perra.
El monstruo de St. Pauli (Der Goldene Handschuh, 2019), en cualquier caso, no os dejará indiferentes: os espantará y repugnará, y si la videáis objetivamente, seguramente arrebatará: lo que el guaperas de Jonas Dassler hace en esta película (y en esto se distancia mucho de Torrente), si no fuera por la temática que aborda y disecciona hasta el fondo mismo de las entrañas, merecería un Oscar forjado en oro de 18 quilates... Para quitarse (si lo soportáis) el sombrero.
Basada en hechos y personajes reales (Fritz Honka y sus víctimas), decadente y enfermiza, y uno de los filmes que más me han noqueado de los últimos tiempos.
El monstruo de St. Pauli (Der Goldene Handschuh, 2019), en cualquier caso, no os dejará indiferentes: os espantará y repugnará, y si la videáis objetivamente, seguramente arrebatará: lo que el guaperas de Jonas Dassler hace en esta película (y en esto se distancia mucho de Torrente), si no fuera por la temática que aborda y disecciona hasta el fondo mismo de las entrañas, merecería un Oscar forjado en oro de 18 quilates... Para quitarse (si lo soportáis) el sombrero.
Basada en hechos y personajes reales (Fritz Honka y sus víctimas), decadente y enfermiza, y uno de los filmes que más me han noqueado de los últimos tiempos.
Pero eso sí, como siempre advierto tratándose de este tipo de cine polémico y extremo: exclusivamente para mayores de 18 años: el que avisa no es traidor...
Obra maestra o bodrio indigesto: vosotros diréis.
Vicente Muñoz Álvarez
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