…“A las tres de la madrugada del 15 de mayo abrí los ojos y comencé a hablar, pero, al poco, el doctor y mi familia se quedaron sorprendidos por las tendencias mostradas por mi forma de expresarme y el lenguaje empleado. Resultaba claro que no recordaba ni mi identidad ni mi pasado, aunque, por algún motivo, intentara ocultar esta falta de conocimiento. Mis ojos contemplaban con extrañeza a las personas que me rodeaban y las flexiones de mis músculos faciales eran del todo inhabituales.
Incluso mi manera de hablar sonaba torpe y extraña. Utilizaba mis órganos vocales grosera y tentativamente, y mi dicción poseía una cierta vacilación, como si hubiese aprendido el inglés en los libros. La pronunciación sonaba en extremo extranjera, mientras que el idioma parecía incluir tanto retazos de curiosos arcaísmos como expresiones de una textura del todo incomprensible.
Esto último, en particular una de aquellas construcciones sintácticas, sería recordada, incluso con espanto, por los médicos más jóvenes veinte años después. Ya que en ese período posterior fue cuando tal frase comenzó a tener una circulación actual -primero en Inglaterra y luego en Estados Unidos- y pese a su complejidad y su indiscutible novedad, reproducía hasta en el menor detalle las enigmáticas palabras del extraño paciente de Arkham de 1908”...
Extracto de El abismo en el tiempo
H. P. Lovecraft
Tierra mojada
Me gusta el olor a tierra mojada
que resbala por tu cuerpo
tu cabello pegado al rostro
tus pies en el suelo.
La Luna detrás de las nubes
las nubes delante de cielo
asida a tu cintura
asido a mi cuerpo.
No te separes
no te alejes del fuego
tus labios son mi vida
y tu mente mi templo.
La luz está lejos
mis ojos no ven
tus manos se agrietan
tu fe ya no es fe.
La noche se aleja
sucederá lo que tenga que suceder
el Sol se apaga
y la negrura luce del revés.
Estaremos muertos
yo, tú y él.
©Anna Genovés
25/09/2016