coger el metro en la 1 45
y atravesar subterráneamente manhattan a las 8 de la mañana
cuando el circo se pone en marcha
y las caras no llegan ni a definirse
cruzar por el vientre de brooklyn
y comprobar el deterioro progresivo de los sueños circundantes
no es lo mismo huir hacia el downtown
que escapar a los confines de la tierra conocida
llegar a queens mientras la tierra se abre
y darte cuenta de cuantas pieles tiene este becerro
a pleno sol la miseria se impone a la basura
y el modo de vida americano va cobrando forma
bajarte en broad channel
para coger un shuttle casi anfibio
aquí los semblantes ya han perdido todo
y los zapatos sostienen por poco la estructura
comenzar la exploración a pie
entre infames zonas cero de tercera categoría
con la cierta tristeza de los juguetes abandonados en los jardines
y la sempiterna afabilidad incluso alegría de toda esta gente
buscar la tienda entre viviendas unifamiliares
y dejarse llevar por steve y su hospitalidad insospechada
surfers que van surfers que vienen
la línea A es el gran cordón oxidado
vestirte como una foca monje
con escarpines, guantes y un traje de niño obeso
—do not pee-pee in the wetsuit
y yo voy y me lo creo
y llegar por fin a rockaway beach
caminando de esa guisa entre banderas y coches
una playa amplia y difuminada por un sol puro y espectral
rock rock rockaway beach
olas de marte que son surfeadas por japoneses confundidos
hay tubos e izquierdas a veces derechas blanditas
hay cientos de personas borrosas
que hacen todo en el paseo de madera
no te sorprendas si te saludan con las orejas
ni te amilanes si te hablan de ese día grande y luminoso
rock rock rockaway beach
saborea el special lunch de 4 dólares
arroz, pollo y judías servidos por una frida kahlo de amianto
hay un rod stewart de pantalones cortos y mirada criogenizada
que le guiña el ojo a tu señora desde su púlpito ciudadano
dos negratas que discuten y una pareja de viejos
y su amor adolescente
rock rock rockaway beach
desde el agua en ausencia de viento
en un estado extraño entre el calor el sopor la vida que vive
y la intensidad que vibra
entre espléndidas olas de un paradójico verde ciudad
entreviéndome como padre y como un colgado
que ha surfeado new york
both wondering what it could have been
that made this ocean decide this shore*
rock rock rockaway beach
y pasan los millones de pescados del tiempo
en un solo segundo en aquella gran húmeda y breve
felicidad diapasónica
es una gran voltereta que me promete y me fija
a muchos kilómetros de allí
con todo perdido al final de las vías
espero que junto al mar también
sentado junto a una palmera de plástico
y mi memoria hecha jirones paja y papeles quemados
dándole vueltas a ferlinghetti una vez más
i still would love to find again that lost locality
where i might catch once more
a sunday subway for
some far rockaway of the heart**
*
* Gregory Corso, del poema «Coney Island»
** Lawrence Ferlinghetti,
del tercer poema de «A Far Rockaway OfThe Heart»
Lujo Berner, de Windsurf (Boria Ediciones, 2020)