MAYA MUKTI: Tres poemas.




VIENDO PASAR NUBES

Parece ser que me he hecho adicta
a contarle al papel las errantes ideas que vagan
como nubes en día revuelto por mi cabeza loca.
Y si no, para qué.
Para qué escucharía a este viento silbar
a ráfagas furioso
si no fuera para recordarlo.
He empezado a observar lo que vivo
muchas veces desde una moviola
que me aclara si había penalti en aquel pensamiento
o si aquel sentimiento se tiró a la piscina.
Un recuerdo dentro de un recuerdo dentro de un recuerdo,
voy tejiendo espirales etéreas
que me llevan a una oscuridad cada vez más profunda,
más lejana de la luz del día.
Algo así como mirar la vida con los ojos cerrados.
No estoy triste. Por qué.
No persigo un presente mejor que el de este momento.
Para qué serviría desear que ocurrieran las cosas de otra manera.
Bien. Está todo bien.
Hoy atrapo entre el viento jirones de nubes viajeras
y mañana quién sabe qué corcel cabalgue.
O acaso si exista.


TENDIDA AL SOL

La felicidad pertenece a los que se bastan a sí mismos.
A. Schopenhauer

Acabó el tiempo, el tiempo aquel,
en que yo tanto necesitaba.
No echo de menos, tendida al sol,
ser una estrella o ir de su brazo.
Ya no me ocupa ni un pensamiento
ser la más bella ni la mejor.
Regalo el tiempo que habría vendido
y me guardo el resto y lo despilfarro.
No más pasiones si han de acabar
en tragedia griega de tres al cuarto
ni amaneceres que me sorprendan
sin descansar porque fracasé.
Algo de pan, un trago de vino,
una manzana, un vaso de té,
algo de música, sentir el ritmo,
un libro abierto, un atardecer.
Y quizás tú, si encuentras la puerta
de lo sencillo y lo desprendido,
que ésa es la entrada de mi palacio.
Entra despacio, olvida tu nombre
y cierra los ojos si quieres ver.


EL MILAGRO COTIDIANO

Si supieras cuántas veces
me han abierto y me han cerrado,
me han rajado y me han zurcido,
me han quitado y añadido,
me han dormido y despertado,
no tendrías tanto miedo por tu cuerpo.
Como tal es sólo máquina.
No te apures.
Lo que debes procurar que no se pare
es el latido de tu alma
y su adhesión a ese cuerpo
-si aún ansías experiencias-
Y depende en buena parte
ese milagro,
sencillamente de ti.
Tan simple o tan complicado.
Tan mágico.
Tan tremendo.


Maya Mukti


Photo by Marlus Leon 

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