VI
igual nunca creerás en lo que digo,
pero te aseguro que cuando paseo por malasaña
me siento el poeta más solo del mundo.
como un sonámbulo en un mundo de gente despierta.
mientras los demás son felices y es la una de la madrugada
en cualquier reloj de arena,
este murciano perdido en una tierra que no le pertenece
va en busca de un garito abierto
donde las esperanzas se paguen a euro el litro.
VII
el cielo está gris.
los pájaros saben qué pasa y vuelan hacia otro lugar,
los jóvenes lo gritan,
los ancianos lo dicen en susurros,
en las noticias no se habla de otra cosa,
la gente corre buscando cobijo,
todo el mundo lo sabe ya:
se avecina tormenta.
XXI
en el fango también se puede vivir.
me he hecho un palacio de cristal envuelto en todos los «quizás»
que acabaron en un no.
he sentido que vivir aquí
es un poco como el morir.
sé que no entiendes este poema,
pero yo tampoco entiendo mi vida.
y aquí estoy. y aquí estamos.
XXXVII
a veces no sé si escribir una nota de suicidio o la lista de la
compra.
sigo vivo,
así que supongo que acabo eligiendo
la peor opción.
me he hecho un palacio de cristal envuelto en todos los «quizás»
que acabaron en un no.
he sentido que vivir aquí
es un poco como el morir.
sé que no entiendes este poema,
pero yo tampoco entiendo mi vida.
y aquí estoy. y aquí estamos.
XXXVII
a veces no sé si escribir una nota de suicidio o la lista de la
compra.
sigo vivo,
así que supongo que acabo eligiendo
la peor opción.
Christian Nieto Tavira, de Apuntes para un futuro caos (Boria Ediciones, 2020).
*
«Mi paz está en avergonzarme de la esperanza», decía Antonio Gamoneda en uno de sus versos. La realidad de Christian es esa paz de la que hablaba Gamoneda, es la vergüenza por sentir esperanza alguna. Este libro, como nos puede adelantar el título, es el sistema de un caos inminente en un ahora desesperanzado, un conjunto de poemas que exaltan y glorifican el sufrimiento y la derrota conformando una única y gran visión de la inevitabilidad de la muerte. Los poemas son, pues, el espejo a una realidad ficcionalizada en un presente delicado y profético.
Es esta la inútil esperanza que se busca dentro de una visión caótica profetizada, la mecha consumida que detiene inmóvil la materia de la explosión, he aquí el Caos, un preludio reflejado en el libro como el sonido de un disparo que ha asesinado antes de dar en el blanco.
Jesús Miguel Pacheco Pérez