
La reducción de cabezas es perfecta en estos tiempos de “consumo de simplificaciones”, como decía Nicolás Melini en una entrevista. La reducción, llevada a cabo en una liturgia de ninguneo del conocimiento y afeamiento de la búsqueda de criterio, tiene como fin prepararnos para las simplificaciones, que serán consumidas con un gusto ingenuo y sin el más mínimo atisbo de deseo de preguntarnos ¿es esto todo? Seguir leyendo el artículo aquí.
Artículo publicado en el diario La Prensa, 21 de enero 2020.